Autoayuda

Estefani Chalco Salgado

Cada quien asume una misión de vida, a veces encontrada, otras no. Y en ese espacio

de sentirse perdido, tomamos un rol laboral, familiar, o de la sociedad. Se intuye que el

desarrollo personal deriva en preparar nuestro interior, educar las emociones,

dominar la mente. Pero la superación personal, a menudo cae únicamente en la

primera palabra “superación”. Ese vencimiento o victoria, implica mejorarse a uno

mismo, pero eventualmente genera un sentimiento de superioridad sobre los demás.

Al arte, se lo consideraba elitista porque aparentemente solo quienes contaban con un

poder adquisitivo destacado podían apreciarlo y aprenderlo. Trasladado a la

cotidianidad, quizá solo quienes acceden y disciernen los libros de autoayuda e

inteligencia emocional, podrían emular los pasos a seguir que sus autores proponen.

Y así llego al punto de reflexión real. Los libros, son una fuente de ayuda, personal y

social. Ahora mismo se consiguen “Bestsellers” sobre influyentes de empresas, quienes

han alzado su voz a favor de derechos, y quienes proponen generar cierta

individualidad en la vida para no afectarnos por el qué dirán los demás y que nadie

sepa de nuestros planes. Pero también están los mejores vendidos que se consideran

un clásico, una buena literatura, una novela o una creación fantástica de sus

personajes. Hay sabiduría en el Quijote que cabalga, manejamos las emociones con un

Odiseo y sus peripecias en un viaje, guardamos en el corazón lo que nos dice un

Principito, desarrollamos astucia con la propuesta de Sherlock, repensamos nuestra

historia con César Dávila Andrade y Los Méndigos de Eugenio Moreno Heredia.

La autoayuda puede estar ahí, en ese medio que tomamos para nuestro crecer propio,

pero siempre reconociendo la bondad. En el libro Catecismo de la Iglesia Católica, dice

que el acto moralmente bueno supone a la vez la bondad del objeto, del fin y de las

circunstancias; y ese objeto es el acto del querer, hacia el cual tiende la voluntad y la

libertad, siendo ésta, la posibilidad de elegir el bien.

Todo libro generará en nosotros una idea que puede transformarse en hábito, pero no

olvidemos asumirla con humildad sin superioridad. Que esa autoayuda venga de la

compasión puesta en cada lectura y sea procesada para comprender la sencillez de

nuestro paso por la vida. (O)