Nos quedamos sin futuro

Ma. Isabel Cordero


Mientras el gobierno se preocupa en mejorar el diálogo con las bases sociales, justificar sus errores de vocerías, evitar a toda costa que la Vicepresidenta Abad asuma la presidencia mientras Noboa se lanza a la reelección, y cumplir los mandatos del BID sin jugarse la popularidad, el tema de seguridad sigue sin respuesta y las muertes no paran.
UNICEF informó que en 2023 se registraron en Ecuador al menos 770 homicidios de niños y adolescentes, lo que supone un aumento del 640% con respecto al 2019. En lo que va del 2024 Primicias publicó que hubo 868 homicidios de jóvenes entre los 18 y 30 años, y de 147 niños y adolescentes, 92% de ellos hombres, la mayoría provenientes de estratos empobrecidos, marginalizados, excluidos.
En territorios en donde los jóvenes son asesinados a diario, ya sea porque están obligados a vincularse al crimen organizado o porque son víctimas colaterales, el panorama es devastador, no solo en lo productivo y reproductivo, sino en aquello sobre lo cual aporta efectivamente la juventud como es la alegría, la esperanza, la producción cultural, la innovación y la idea de que un mundo mejor es posible. Nos quedamos sin futuro mientras nos venden mentiras. (O)

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