Coloquial

Ana Abad R.

La ligereza del señor Noboa en el trato con un periodista extranjero es propia de un político inmaduro, imprudente, sin formación política y con muchos problemas emocionales que vuelve peligrosa su presencia en Carondelet. “A palabra suelta, no hay vuelta”, señor presidente. Las declaraciones sobre sus razones e intereses electorales para invadir la Embajada de México, no solo profundiza la tensa relación con el país azteca, sino que agrava la posición de Ecuador ante los organismos internacionales donde se dilucida este conflicto, colocándonos en una incómoda posición en el concierto de una región con gravísimos problemas de violencia, desigualdad, desempleo, pobreza y éxodo de su población. No hay tono “coloquial” alguno que justifique tan desafortunadas y arrogantes afirmaciones. Si el gobierno pretendía construir una cortina de humo para cubrir la eliminación de los subsidios a los combustibles, fracasó de manera rotunda. Ni los zapatitos, ni las figuras de cartón, ni los tik-tok ocultan las nefastas intenciones de un gobierno neoliberal, con claros rasgos dictatoriales que, bajo el pretexto de luchar contra bandas delincuenciales, criminaliza la protesta social como sucede con setenta ciudadanos de Palo Quemado. ¿Cómo es posible que se llame “terroristas” a agricultores y campesinos por defender la vida? (O)