Puentes que unen el pasado y el presente en Cuenca

Portada de El Mercurio de la edición del 5 de abril de 1950, en la que informa sobre las consecuencias de la creciente del Tomebamba.
Portada de El Mercurio de la edición del 5 de abril de 1950, en la que informa sobre las consecuencias de la creciente del Tomebamba.

“Once puentes arrastrados por aguas en zona urbana y suburbana”, es el titular con el que diario El Mercurio daba seguimiento el 5 de abril de 1950, a la creciente del río Tomebamba que en la noche del 3 de abril atemorizó a los habitantes de la ciudad.

En esa fecha, el caudal devastó los puentes de El Vado, Todos Santos y El Vergel, entre otros cambiando el paisaje urbano de la ciudad. El Mercurio, que en octubre de 2024 celebrará su centenario, ha sido testigo y cronista de los eventos que han marcado la historia local.

“Las turbulentas aguas anegaron toda la extensión de la Tres de Noviembre, por un lado. Y al norte, la avenida 12 de Abril, lo mismo que los terrenos de la orilla opuesta, arrasando con todas las propiedades ubicadas en sus inmediaciones”, reseñaba El Mercurio.

Daños

Los daños se calcularon en 20 millones de sucres. El diario dio a conocer la magnitud de la desgracia en una crónica en la que lamentó, además, la pérdida de vidas humanas.

Uno de los icónicos puentes que fue arrasado, fue el hoy conocido como Puente Roto. Construido entre 1840 y 1850 por Juan de la Cruz Pigara, esta gran estructura arquitectónica enlazaba la Cuenca Histórica con la parte baja de la ciudad. Fue reinaugurado con una nueva estructura en 1961.

Luego de la tragedia, los ediles liderados por Enrique Arízaga Toral, se dedicaron a planificar la reconstrucción de la zona afectada. A la par, debieron atender las necesidades humanas de los damnificados. Se constituyó el “Comité de Auxilios por el desastre del Tomebamba”, presidido por el Vicepresidente del Concejo Municipal que levantó un padrón de damnificados.

Se aprobó el “Proyecto de Ordenanza de Urbanización del río Tomebamba”, y se puso en ejecución el “Plan de Obras en el río Tomebamba”. Además, se solicitaba al Ministerio de Obras Públicas la construcción del nuevo puente de El Vado como parte de la carretera Panamericana.

El plan de actividades consideraba habilitar el puente Miguel Moreno para el tráfico motorizado. Así como abrir una avenida que, sin alterar el plano de Cuenca elaborado por el arquitecto Gilberto Gatto Sobral, corra detrás del entonces Estadio Municipal (hoy Alejandro Serrano Aguilar) a la avenida Doce de Abril.

Uso

En la antigüedad, el Puente Roto fue usado para reuniones y actos populares con motivo de las festividades de aniversario de Independencia de Cuenca cada 3 de Noviembre. También era un mirador o tribuna para las serenatas y encuentros juveniles.

Hoy es un espacio de arte, música y cultura. En este sitio se desarrollan conciertos y es un atractivo turístico que recibe a visitantes locales, nacionales y extranjeros.

Octavio Sarmiento Abad en uno de los volúmenes de su “Cuenca y yo” narra que solamente al día siguiente del desastre se supo la magnitud. La destrucción total de la capilla de Santa María de El Vergel; la desaparición de 14 puentes, entre ellos los del Vado y Todos Santos -hoy Puente Roto- ambos de la época colonial.

“Esto es todo lo que queda del Puente de El Vado, una reliquia colonial, orgullo de nuestra ciudad y lleno de leyendas pintorescas y de poesía, que con su gloria junto a su desgracia pasará a la historia”. Así marca un relato de El Mercurio en su edición del 4 de abril de 1950.

En otro acápite agrega que, otra de las glorias de nuestro pasado, el puente de Todos Santos, el más antiguo de los puentes, por donde inclusive transitó el Libertador Simón Bolívar, yace aquí en escombros abatido por la furia del Tomebamba”.

Y es que, esas estructuras son memoriales de la ingeniería y la cultura que una vez conectaron diferentes partes de la ciudad sobre el río Tomebamba, pero hoy conectan a los habitantes de Cuenca con su pasado. (PNH)-(I)

DATO

  • Con las obras de reconstrucción de la zona afectada, se aprovechó para continuar con la ampliación y mejoramiento de la ciudad.

74

años han transcurrido de aquella fatídica noche, cuando en abril de 1950 el río Tomebamba se llevó los puentes de El Vado, Todos Santos y El Vergel, entre otros.

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