El teatro es una de las artes escénicas que desde la antigüedad y creación literaria ha puesto la representación de personajes, para demostrar la sociedad del momento, la manera en que ésta interactúa, sus problemas, o también expone la fantasía, romanticismo, acción.
De una Antigua Grecia, viene la historia de Troya, Helena, Héctor, y por ahí, hacia los años 1600, el inglés William Shakespeare, uno de los más importantes dramaturgos de todos los tiempos, nos trae un entre paréntesis a la guerra para exponer una tragicomedia entre Troilo y Crésida.
Es difícil conocer sobre Troilo. Las alusiones hechas a él, constan en La Ilíada de Homero, y otras obras clásicas, donde se da a conocer que Aquiles, el famoso guerrero cuya fuerza radicaba en su talón, mató a Troilo, hijo de Príamo, el Rey de Troya. Por su parte Crésida, era la hija de Calcas, “el adivino del ejército griego en la Guerra de Troya. Predijo que la contienda duraría 10 años, que el triunfo griego no se obtendría sin el concurso de Aquiles y los vientos contrarios cesarían en el puerto de Áulide tan pronto como Agamenón inmolara a su hija» (Gaytan, 1966).
El Acto Primero de la obra se divide en tres escenas, tras un prólogo para presentar el contexto del desarrollo de la obra, se encuentran en la primera escena, Pándaro, tío de Crésida y Troilo, este último, desdichado por amar a Crésida y querer llegar a ella, mientras el tío, con recelo duda sobre si apoyar o no a su unión.
En la segunda escena, Pándaro está con su sobrina tratando de convencerla sobre lo esbelto, buen joven, y valeroso que es Troilo ante otros guerreros y príncipes presentes en esta guerra. Ella, oculta su enamoramiento hacia él por considerar que de aquello que más cuesta (o lo no ganado), más se estima. La tercera escena inicia los pasos para la guerra.
Lo fundamental de este Acto Primero, es que ahí se expone la parte principal del porqué del título de la obra. Más adelante, la historia se torna política y estratégica sobre cómo se llevará a cabo la guerra. Volverá Crésida hacia el final, pero el énfasis de su historia con Troilo se protagoniza en estas escenas con un modelo de amor cortés indirecto, quizá un ingrediente propio de su autor y la época, aunque para muchos, en esos años, la obra fue considerada como descabellada e indecorosa. (O)