El Cebollar, un barrio de 80 años que tiene varias necesidades

“Para nosotros es un orgullo vivir en el barrio El Cebollar. Tiene una hermosa vista y los vecinos somos organizados y unidos”, comenta Janeth Chacón, presidenta de este barrio que se encuentra al noroeste de Cuenca.

Fundado hace aproximadamente 80 años, El Cebollar es el epicentro de toda esta zona conocida con ese nombre. A partir de él se formaron otros barrios como: Alisos de El Cebollar, Mutualista Azuay, Progreso de El Cebollar y San Pedro de El Cebollar, indica Chacón.

En el lugar habitan unas 400 familias que conviven con negocios como zapaterías, mueblerías, locales de venta de comida tradicional como el chancho hornado.

Además, la organización de los pobladores ha sido importante para la gestión de obras durante toda la vida del barrio, así como de eventos sociales y deportivos, pues la unión los caracteriza como dice su presidenta.

Requerimientos

Sin embargo, toda esa unión y organización se opaca por las necesidades de la zona que, a pesar de su extensión, no cuenta con una casa comunal, manifiesta Janeth Chacón, quien asegura que cuando solicitaron al Municipio la construcción de una casa comunal, le dijeron que en el barrio contiguo ya hay una y deberían ocuparla.

“Aquí hay un terreno municipal donde podrían construir la casa comunal. No estoy de acuerdo con la respuesta que nos dieron”, lamenta Chacón.

Asimismo, si bien la mayoría de vías están pavimentadas, la calle Cotacachi todavía es de lastre y en la intersección de esta con la calle Río Puyo, hay un espacio de terreno público, que lo ocupa por un particular.

Otro de los inconvenientes es la falta de cámaras de videovigilancia, ya que el parque de la ciudadela tiene una, pero no es suficiente, porque existe un lugar “escondido” para la cámara, donde las personas aprovechan para consumir droga y hacer otras actividades.

A esto se suma el funcionamiento de una licorera y un “hostal” que causa molestias a los vecinos, pues el barrio El Cebollar colinda con el barrio Cayambe, donde está la zona de tolerancia.

Por todo esto, hacen un llamado a los funcionarios municipales para que recorran junto a ellos su sector y así conozcan de cerca los requerimientos, pues consideran que “las autoridades tienen una deuda social con el barrio”.

A pesar de esto, los habitantes manifiestan que la seguridad ha mejorado mucho gracias a un proyecto conjunto con la Policía Nacional y a un chat comunitario para comunicarse entre ellos.

También el personal de la Guardia Ciudadana ha realizado controles de consumo de alcohol en la vía pública, lo que ha servido para dar tranquilidad a la ciudadanía. (I)

Andrés Mazza

Periodista y fotógrafo. Escribe sobre cultura, educación, migración y astronomía.

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