Silenciar desde el poder

Ma. Isabel Cordero

Un claro indicador de democracia es la libertad de expresión, hecha desde la conciencia política y para la generación de opinión informada, no desde la capacidad de decir lo primero que se nos ocurre o repetir discursos de odio.

En este gobierno, al igual que muchos otros, se está usando el poder político para silenciar la voz de quienes cuestionamos la tiranía, el abuso y la corrupción, mediante estrategias que no son nuevas como la difamación, la xenofóbia y la antipatía.

Alondra Santiago y Sol Borja, periodistas que desde medios independientes hacen público las impericias de un gobierno incapaz e inoperante; han recibido amenazas y ataques con el propósito de callarlas sin resultados. Ahora, Cancillería revocó la visa de Santiago, quien vive en Ecuador 20 años, con la excusa de que ha cometido actos que atentan a la seguridad y estructura del estado.

Mientras Assange obtiene su libertad y el mundo lo celebra como un acto de justicia, en Ecuador se cancela a periodistas como una forma de tapar una realidad que hasta un ciego puede ver. Nada más peligroso que el control sobre la opinión pública, la crítica y el pensamiento, así se consolidan las dictaduras y se justifican las injusticias. (O)

mi.cordero@sendas.org.ec