Las desapariciones son una problemática visible en redes sociales y los problemas familiares son el principal motivo que llevan a los adolescentes a salir de casa.
Cada vez es más común encontrar en redes sociales el afiche de una persona desaparecida, con el objetivo de viralizar su fotografía para dar con su ubicación.
Las imágenes de niños, adolescentes, adultos y adultos mayores se comparten a través de Facebook, Instagram y estados de WhatsApp, solicitando ayuda.
Pablo Inga, jefe de la DINASED, contó que, en la mayoría de los casos de personas desaparecidas son menores de edad y tienen un denominador común que son problemas familiares.
Como una medida de escapar del entorno familiar, la decisión tomada por algunas personas es abandonar el hogar y buscar un refugio donde un amigo, pareja o conocidos.
Inga dijo que, las desapariciones involuntarias están en contra de las decisiones de una persona, es decir, puede existir una amenaza que obliga al ser humano a hacer algo en contra de su voluntad.
Sin embargo, en Azuay existe un alto número de desapariciones voluntarias, es decir, las personas salen por decisión propia.
El papel del investigador es determinar ciertas particularidades en la investigación que permita saber si la información proporcionada por la familia es real.
El jefe de la DINASED cuenta que la información que obtienen se conoce progresivamente y no siempre cuentan la situación real de cada hogar.
Viralizar las fotografías de las desapariciones
Los medios de comunicación digital se han convertido en la plataforma para viralizar las fotografías de las personas desaparecidas.
Inga mencionó que, muchas veces se comparte sin constatar la fuente ni tomar en cuenta la responsabilidad que representa.
“Nosotros empezamos con la búsqueda de alguien que no está desaparecida, mientras tanto la gente ya compartió su foto”, explicó Inga.
Existen estos casos que alertan a la DINASED tras ser viral en redes sociales y empieza la búsqueda sin la denuncia formal de la familia.
Inclusive no forman parte de las estadísticas porque al ser localizados los familiares no se acercan a las dependencias policiales.
Investigar a una persona desaparecida es minucioso y la carga que tiene un agente investigador para obtener una posible ruta demanda tiempo, a través de entrevistas personales y revisión de cámaras.
“Se debe entender que no es que no hay una pronta respuesta, pero cada vez que se tiene una denuncia se empieza a dialogar con las fuentes internas como es la familia”, señaló Inga.
Denuncia inmediata de las desapariciones
No se debe esperar las 48 horas de desaparición para colocar la denuncia y alertar a las autoridades.
En algunos casos solo se informa que una persona está desaparecida pero no explican el antecedente que conllevaría a salir voluntariamente del hogar.
Debe existir la corresponsabilidad por parte de la ciudadanía e informar todo lo sucedido para reducir los tiempos de investigación policial.
No hay rastro de algunas desapariciones
Existe un porcentaje mínimo de personas desaparecidas, de las cuales no se ha podido dar con su ubicación.
La DINASED los buscó como parte del protocolo pero han pasado varios meses y todavía no se conoce su localización.
Inga sostuvo que, en algunos casos, pueden estar vinculados a un ámbito delictivo y se convierte en otra arista de investigación.
En este caso, la familia se limita a dar la información por temor o represalias. En esa situación se utilizan otras técnicas investigativas.
La DINASED nunca deja de buscar a una persona que está reportada como desaparecida y diariamente se actualiza la información en coordinación con la Fiscalía General del Ecuador.
Desde enero hasta el 19 de junio de este año, se han presentado 143 denuncias de personas desaparecidas en Azuay, se han resuelto 133 casos y 10 continúan en investigación.
Uno de los casos que no están resueltos es de Juan Carlos Shinín Jaramillo, reportado como desaparecido el 5 de enero de 2024.
Existe la denuncia formal y tanto las autoridades como su familia han emprendido la búsqueda en Cuenca pero hasta la fecha no se sabe su paradero.
Padece discapacidad psicosocial y fue visto por última vez en Santa María del Vergel. Cualquier información se puede alertar al ECU-911 o a la Policía Nacional.
La búsqueda no es discriminatoria y el trabajo es igual en todos los casos. “No porque se tiene un recurso económico elevado se intensifica la búsqueda de la Policía”, recalcó Inga.
Prevención en las desapariciones
El núcleo familiar es fundamental para evitar las desapariciones en menores de edad.
En la “modernidad social” tanto el padre como la madre trabajan, pero el tiempo que se comparte con los hijos debe ser de calidad, es la sugerencia desde la DINASED del Azuay.
En el caso de requerir ayuda de profesionales pueden acudir a la Dirección Nacional de Policía Especializada para Niños, Niñas y Adolescentes (DINAPEN).
Otro espacio es el Departamento de Violencia Intrafamiliar en temas preventivos.
Una visión desde lo psicológico en las desapariciones
La neuropsicóloga Marcela Neira también se refiere al tema y habla en particular de la población adolescente.
En consulta privada ha brindado atención a menores de edad que se sienten rechazados o incomprendidos en su entorno.
“Creen que desaparecer es la solución al problema, pero no miden las consecuencias ni los riesgos que puede estar en la calle”, señaló.
Los adolescentes en su inmadurez funcional y orgánica no comprenden que existen otras soluciones y visionan que el escapar de su hogar es la única salida.
Neira, explicó que también existen casos en que existe violencia intrafamiliar, sexual, acoso, bullying e influye en la decisión que toma esta población.
Las amistades y relaciones de pareja también juegan un papel fundamental, quienes pueden influir en el momento de salir del hogar.
La recomendación a los padres o cuidadores es que se tenga paciencia con los adolescentes, ser empáticos para entender sus cambios físicos y emocionales.
La misma empatía para valorar sus aciertos y errores. “Se deben sentir queridos, aceptados y valorados dentro de casa”, dijo la especialista.
Al existir un ambiente acogedor y de confianza se sentirán bien en su entorno, más allá de los problemas que puedan existir.