IESS una calamidad

Edgar Pesántez Torres

No hay mejor término para acompañar al IESS, porque eso mismo significa: un desastre, un daño grave causado por la acción de los hombres que dirigieron y dirigen, llevándolo a un despeñadero con consecuencias irreparables y quién sabe si mortales para sus asociados. Como es una entidad acaudalada por los aportes de los afiliados en toda su vida útil, los avivatos de la política, los rufianes del sindicalismo y los gaznápiros de fortuna fueron con desmedida gazuza tras sus fondos.

Toda institución ha tenido buenos y malos directivos, algunos han salido por la puerta ancha y con parabienes, pero en el IESS no se conoce excepción de probos, al menos en los últimos decenios. Y no es cuestión de gobiernos de izquierdas o derechas, es de todos por la voracidad de fortuna y su inopia mental. En un gobierno populista de falsa izquierda, su líder se admiró de la existencia del décimo tercer sueldo, alegando que no jubilados que tengan hijos en la escuela para asignar con fines de ayuda, consecuentemente debe ser eliminada. Ahora, uno de derecha, quiere eliminar el décimo cuarto, porque supone que los jubilados también están de la vida…

Para la calamidad del IESS han contribuido varios factores, especialmente el desvarío de políticos por dinero y su inopia mental, el cebe de la burocracia por retribuciones de campañas electorales y la inestabilidad de las autoridades de todo rango. Se mudan a los directivos como si fueran mismo slips con máculas gualdas pestíferas, ocurrencia que hace que quienes lleguen al poder pesquen a río revuelto. A tanto ha llegado la corrupción en ese organismo que las mafias y las “mamas luchas” hacen de las suyas, designan autoridades con claras directrices.

Las coimas, los chantajes, las coerciones y otros impudores se evidenciaron cuando nacieron las prestaciones de servicios de salud. Las oficinas del IESS fueron ocupadas por funcionarios de mala calaña, interesados en pactos escabrosos para conceder permisos y pagos con cohechos; siendo las auditorías parte de la impudicia.

En viendo estos latrocinios, acertadamente se ha creado la Subdirección de Servicios Corporativos para que se pague la deuda a través de una PROGRAMACIÓN DE PAGOS y FÓRMULA EQUITATIVA. Esta delicada responsabilidad la lleva la Ing. Karina García, quien debe hacer cumplir a cabalidad la “Estrategia Operativa. Auditoría y Pago a Prestadores Externos por las Prestaciones de Servicios de Salud”. La funcionaria está vigilada con lupa, mientras que la Fiscalía debe investigar la metástasis en el IESS, aquí y allá. (O)