No reciben sueldo fijo ni tienen beneficios de ley, sus ingresos mensuales apenas llegan a los 145 dólares. Son el primer eslabón de la cadena de reciclaje y a la vez el más vulnerable, sus labores son poco reconocidas por la ciudadanía. Son 236 recicladores asociados y reconocidos por la EMAC, aunque pueden ser algo más de mil, si sumamos a los no asociados. Cuatro de cada cinco son mujeres y mayores de cuarenta años. Cuenca es una de las ciudades que más experiencia tiene en los procesos de reciclaje y recolección diferenciada de residuos del país, sin embargo, estamos lejos de ser una comunidad comprometida con el cuidado y con la sostenibilidad ambiental. No es gracias a la responsabilidad ciudadana por la que la ciudad es reconocida como una urbe limpia y cuidada, sino por una cabal labor municipal y, sobre todo, por el trabajo silencioso de los recicladores de base que recorren a diario las calles y los barrios, buscando los materiales reciclables de las fundas celestes y negras de nuestros hogares. Su trabajo evita que vayan al relleno 1082 toneladas de material reciclable, permite mayor vida útil del relleno sanitario y contribuye al cuidado ambiental; por ello, es urgente que el Concejo Cantonal en un acto de reciprocidad, discuta y apruebe la Ordenanza de Reciclaje Inclusivo que busca mejorar las condiciones de vida y trabajo de las personas recicladoras de Cuenca. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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