Defensoría colombiana alerta de consecuencias humanitarias del cierre de pasos del Darién

El defensor encargado del pueblo colombiano, Julio Luis Balanta Mina, alertó este viernes de las consecuencias humanitarias de que el Gobierno de Panamá haya ordenado cerrar varios pasos fronterizos en la selva del Darién, que divide Colombia de Panamá y es un peligroso paso para la migración, reclamando que es urgente tener en cuenta el riesgo sanitario de los migrantes. EFE
El defensor encargado del pueblo colombiano, Julio Luis Balanta Mina, alertó este viernes de las consecuencias humanitarias de que el Gobierno de Panamá haya ordenado cerrar varios pasos fronterizos en la selva del Darién, que divide Colombia de Panamá y es un peligroso paso para la migración, reclamando que es urgente tener en cuenta el riesgo sanitario de los migrantes. EFE

El defensor encargado del pueblo colombiano, Julio Luis Balanta Mina, alertó este viernes 5 de julio de 2024 de las consecuencias humanitarias de que el Gobierno de Panamá haya ordenado cerrar varios pasos fronterizos en la selva del Darién, que divide Colombia de Panamá y es un peligroso paso para la migración, reclamando que es urgente tener en cuenta el riesgo sanitario de los migrantes.

«Exhortamos al gobierno nacional a solicitarle a las autoridades panameñas observar y estar al tanto de cuán importante son los postulados del derecho internacional de los derechos humanos«, declaró Balanta, quien insistió en la necesidad de que se ofrezca protección internacional a los migrantes.

Además, aclaró que deben prestar especial atención a aspectos como «la satisfacción de necesidades básicas y garantías de no devolución de los migrantes susceptibles de asilo y con necesidad de protección internacional«.

El pasado viernes, durante una gira al Darién previa a su investidura, el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, adelantó la colocación de «cercas de serpentinas» con «el ánimo de que la gente tome el camino único para llegar hasta aquí, no diseminado«, además de la presencia policial en algunas zonas de esa selva.

Así, este miércoles el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá cerró tres de los pasos que usan los migrantes para salir de esta peligrosa y montañosa selva, por la que pasan días tratando de atravesarla, expuestos al hambre, a la falta de agua potable, a las inclemencias climáticas y la fauna salvaje, pero también a bandas criminales y grupos armados que la controlan.

El cierre de estos pasos o ‘trochas’ se da en medio de un gran flujo de migrantes por el Darién, por el que este año han cruzado más de 195.000 personas, la mayoría venezolanos, pero también ecuatorianos y chinos, mientras que en 2023 fueron más de 520.000, una cifra inédita, según datos oficiales.

Hace dos meses, la Defensoría del Pueblo publicó un estudio analítico en el que simuló el cierre del tapón del Darién y su impacto humanitario, colocando en alerta grave el derecho a la salud, pues registraron 502 quejas sanitarias entre enero de 2020 y abril de 2024.

Este documento fue publicado antes de que Mulino fuese investido, cuando comunicó su intención de «cerrar» el paso de migrantes por la selva del Darién, algo complicado, puesto que es una gran barrera natural de más de 500.000 hectáreas que comparten Colombia y Panamá y es el único punto del continente americano no atravesado por la vía Panamericana ni ninguna otra carretera.

El defensor del pueblo añadió a través de un video compartido por la institución que las autoridades migratorias deben tomar acción desde «un enfoque humanitario» sin distinguir entre «nacionalidad, género, orientación sexual, origen étnico, raza, religión, lengua o cualquier otra condición», instando a que las acciones se lleven a cabo de manera «segura, ordenada, regular y respetando las condiciones de dignidad humana». EFE