El objetivo es que Cuenca se ubique en el top 3 de las ciudades con mejor nivel de vida en América Latina; la idea es que no sea solo de una Alcaldía.
Ubicar a Cuenca en el puesto número 3 de las ciudades con mejor calidad de vida de Latinoamérica, es la aspiración de Cristian Zamora, alcalde, tras asumir la vicepresidencia mundial del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU).
El CIDEU es la red de gobiernos locales, entidades y estrategas urbanos que impulsan la transformación de las ciudades a través de la planificación estratégica urbana.
Por unanimidad, el CIDEU decidió nombrar a Zamora como vicepresidente de la red del 2014 al 2026, pero por estatutos, el burgomaestre asumirá también la presidencia del 2026 al 2028.
Para cumplir su propósito, Zamora gestionará un plan estratégico para “generar la ciudad que queremos a lo largo de 20 a 30 años al futuro”, dijo. Incluso, la idea es que a través del Concejo Cantonal se deje establecido un rumbo para que lo continúen las próximas administraciones.
Además, el primer personero municipal prevé en un año y medio tener el documento que trace las líneas estratégicas de desarrollo.
Pero, ¿cumplir la meta del alcalde es posible? Aparentemente sí.
Felipe Ochoa, director de Relaciones Internacionales y Cooperación de la alcaldía, explicó que el desarrollo de las ciudades se mide por indicadores como: seguridad ciudadana, acceso a salud, acceso a vivienda, turismo, conservación de áreas históricas, transporte y movilidad sostenible, entre otros.
“Cuenca tiene buenos indicadores, por ejemplo, está en el top 5 de ciudades con mejores sistemas de salud”, afirmó.
A decir de Ochoa, ahora hay que diagnosticar la situación de Cuenca y proyectarse en el tiempo.
Generación de empleo ha sido clave
Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo (CIPEM), opinó que en 20 o 30 años todo puede ser factible “inclusive el Ecuador puede transformarse en el país con mejor calidad de vida si es que se toman bien las decisiones…”.
Sin embargo, si actualmente Cuenca tiene un nivel de vida superior al resto del país, es gracias al empleo formal que han generado las empresas de la capital azuaya, señaló Robalino, quien invitó a la población a estar conscientes que el estado actual de la ciudad no lo ha generado las decisiones políticas, sino la inversión económica de distintos sectores.
El director ejecutivo de la CIPEM afirmó que hasta el momento “no ha habido una sola política pública que incentive la inversión…”, es decir, que genere zonas productivas o industriales para que más empresas lleguen a la urbe.
Robalino no es escéptico sobre el potencial de Cuenca, pero, a su parecer, el problema es que la ciudad es cortoplacista y sus autoridades viven de proyectos de dos o máximo tres años, porque al cuarto año ya se preparan para la reelección, pero es necesario pensar en proyectos a largo plazo.
