Revolución Juliana, el origen de la izquierda en Ecuador

De acuerdo con historiadores e investigadores, este momento superó al liberalismo y al conservadorismo tradicionales.

En primer plano (C), el presidente Isidro Ayora Cueva, junto a sus ministros: Juan de Dios Martínez Mera, Manuel María Sánchez, Julio E. Moreno, Isidro Ayora, Homero Viteri Lafronte y Carlos Guerrero. /Archivo
En primer plano (C), el presidente Isidro Ayora Cueva, junto a sus ministros: Juan de Dios Martínez Mera, Manuel María Sánchez, Julio E. Moreno, Isidro Ayora, Homero Viteri Lafronte y Carlos Guerrero. /Archivo

El 9 de julio de 1925 Ecuador era testigo de un hecho poco conocido pero trascendental: La Revolución Juliana. Cambios radicales y profundos se gestaron en los seis años que se mantuvo vigente.

Al menos así los relata el historiador Juan José Paz y Miño, para quien la Revolución Juliana “sentó las bases contra el sistema oligárquico – terrateniente”.

Pero, además, revela que esta impuso los intereses nacionales sobre los intereses privados y, de manera especial, sobre los de la banca y los banqueros de la década de 1920.

Tras derrocar al gobierno del presidente Gonzalo S. Córdova, el movimiento del grupo de jóvenes militares que protagonizó la Revolución Juliana, sostiene Paz y Miño, “marcó el momento de la superación histórica del liberalismo y del conservadorismo tradicionales, permitiendo, al mismo tiempo, el aparecimiento de la izquierda ecuatoriana”.

Eso no es todo, dice el historiador. Agustín Cueva destacó el proceso juliano, “anotando su carácter reformista, en nada caudillista, anti plutocrático y que logró algunos cambios de importancia”.

Se puede decir que esta Revolución marcó el inicio de una nueva época para el Ecuador.

Paz y Miño sostiene que este período “fundó una nueva institucionalidad estatal, construyó un nuevo modelo económico y marcó la orientación del poder político en torno a los intereses de las clases medias y trabajadoras del país”.

Instituciones creadas durante la Revolución Juliana

Para Juan Cordero Íñiguez, cronista vitalicio de Cuenca, es importante reconocer de la Revolución Juliana la creación y los roles asignados a:

  • Banco Central
  • Contraloría
  • Superintendencia de Bancos
  • Seguridad Social

A más de otras entidades que siguen laborando en la actualidad.

Asimismo, sostiene que “sentó las bases para la atención estatal a las necesidades sociales de seguridad, pensiones y derechos laborales, con la aprobación de leyes como la de jubilación, montepío, ahorro y cooperativas en 1928”.

Y no solo eso, añade que “también se promulgó la Ley de Asistencia Pública que estableció la obligación de cuidar a enfermos, alienados, ancianos, inválidos, mendigos, pacientes crónicos, embarazadas, parturientas y niños desamparados desde la perspectiva de un Estado con obligaciones sociales”.

En la opinión de Hugo Darquea, articulista de Diario El Mercurio, el legado de la Revolución Juliana fue trascendental pues definió las esferas Política, Social, Económica y Educativa, en esta última destaca la consagración de la autonomía universitaria.

En cuanto a lo laboral, explica Darquea, existen aportes sustanciales como:

  • Legislación Social con leyes laborales
  • El contrato individual de trabajo
  • La limitación de la jornada laboral
  • La protección especial de la mujer y del joven trabajador
  • Claras definiciones en favor del trabajo femenino
  • Lactancia materna
  • La fundación de la caja de pensiones
Diario El Mercurio publicó información sobre la Revolución Juliana en julio de 1925. /Archivo
Diario El Mercurio publicó información sobre la Revolución Juliana en julio de 1925. /Archivo

Antecedentes de la Revolución Juliana

El 9 de julio de 1925, mediante un golpe de Estado, protagonizado por la Liga Militar, se derrocó al presidente Gonzalo S. Córdova (1924-1925), quien fue sustituido por la Junta de Gobierno integrada por siete miembros.

Con esto inició la Revolución Juliana que, entre otras razones, se produjo ante el agotamiento del Estado Liberal, como reacción al predominio del liberalismo ‘plutocrático’, es decir, contra la hegemonía de los poderosos bancos privados sobre el Estado y porque buscó favorecer a los sectores medios y populares.

La primera Junta, cuyo representante fuera Luis Napoleón Dillon, impuso el interés nacional sobre los intereses empresariales privados, fiscalizó a los bancos, introdujo por primera vez el impuesto a la renta e incluso uno sobre las utilidades.

La reacción de la oligarquía fue inmediata, sobre todo del regionalismo de Guayaquil, que afirmaba que “el oro de la Costa se quieren llevar los serranos”.

Dillon fue tildado como ‘enemigo’ de Guayaquil. Su propuesta para crear un Banco Central fue tenida como declaratoria de guerra y las medidas sociales y laborales calificadas como ‘comunistas’.

Después de la segunda Junta, que duró tres meses, el 1 de abril de 1926 los julianos resolvieron nombrarlo Presidente a Isidro Ayora (1926-1931).

Ayora concretó el programa reformista con el apoyo de la Misión norteamericana de Kemmerer con lo que se generaron todos lo cambios mencionados y se forjaron las políticas sociales que transformaron al Ecuador. (I)

Datos del movimiento

  • La Revolución Juliana tuvo tres momentos, entre 1925 y 1931, dos Juntas Provisionales y la presidencia de Isidro Ayora.
  • Luis Napoleón Dillon denunció el predominio bancario, la forma en que los banqueros afirmaban la esclavitud del Estado a sus intereses.
  • El triunfo de la Revolución Rusa en 1917 significó que el capitalismo podía ser derrotado y motivó al movimiento local.

Más noticias: