Intentos de secuestro en Cuenca

No es para crear una psicosis colectiva, pero los intentos de secuestro ocurridos en los últimos días en Cuenca tampoco es para cruzarse de brazos o considerarlos como esporádicos.

Algo debe estar ocurriendo en la ciudad como consecuencia del recrudecimiento de delitos como el anotado en varias provincias del país, en especial de la Costa.

La prensa local dio cuenta durante la semana anterior del secuestro de un hombre en el parque Miraflores. Los plagiadores exigieron a los familiares de la víctima 20 mil dólares para liberarlo

El trabajo oportuno y efectivo de la Policía a través de sus Unidad Anti Secuestro permitió ubicar al ciudadano en una vivienda en el barrio Totoracocha, en la cual días antes encontró armas, droga y detuvo a varias personas. Estas, como sucede con frecuencia, fueron liberadas.

El viernes pasado, la Policía y el Ejército impidieron un intento de secuestro en las calles Tomás Ordóñez y Pío Bravo, habiendo detenido a cuatro individuos, entre ellos un menor de edad.

Cuenca en el contexto nacional de inseguridad, aparentemente asoma como ciudad tranquila, si bien roban en domicilios, asaltan y se sustraen vehículos.

Posiblemente asediados por las fuerzas del orden en otras urbes, delincuentes miembros de bandas peligrosas por su alto grado de criminalidad estén “acomodándose” en la ciudad y en otros cantones de la provincia, en los cuales hay alertas sobre la presencia ya perenne de personas, cuyo “trabajo” y movilidad despierta sospechas.

La Policía, valiéndose de su trabajo de inteligencia – así se sobre entiende – debe sacar conclusiones de aquellos dos intentos de secuestro y de otros delitos, como los asaltos en vías interprovinciales, por ejemplo, en la Cuenca-Oña-Loja, tramo comprendido entre las entradas a Jima y a Nabón, algo nunca visto.

Muchas familias cuencanas han preferido quedarse en la ciudad en estas vacaciones para evitarse malos momentos. Por algo será.