El valor del ser humano
Desde la perspectiva del sentido común, la naturaleza y el derecho, el ser humano es el valor fundamental del ordenamiento social, así lo señala la cadena de la vida, desde su inicio en el vientre materno se le valora como sujeto de derechos para una vez asumida la capacidad intelectiva y volitiva ser sujeto de obligaciones y deberes.
El ser humano es un complejo biopsicosocial, integrado por materia, mente, psique y cultura. En términos filosóficos constituye la unidad sustancial de alma y cuerpo, dotado de conciencia trascendente, creador de cultura en la lógica del devenir existencial.
Somos PERSONAS dotadas de autonomía ética de la voluntad, misma que es el principio rector del deber moral, premisa fundamental para vivir en armonía social.
Sin embargo, escuchamos a quienes postulan homologar a los animales no humanos con el ser humano. Al respecto, y como en todo, cabe pensar por nosotros mismos, o atrevernos a conocer la realidad según el “Sapere Aude” kantiano. La misma naturaleza del proceso vital nos hace ver las diferencias y el desatino de homologar a los animales no humanos con el ser humano.
Obvio que se debe legislar sobre el necesario respeto a la naturaleza con los seres que la integran sin olvidar que la Persona Humana es la cúspide de la evolución, siendo por tanto el proyecto legislativo respectivo un ridículo contrasentido jurídico que afecta el valor superior del ser humano.
Peor aún es pretender legalizar el aborto como un derecho, asunto por demás inhumano y todo porque alguien sin fundamento científico argumenta entre otros absurdos que el óvulo fecundado no es vida humana, luego la mujer gestante puede libremente abortar. Esta propuesta constituye un atentado al valor sagrado de la maternidad y de la vida.
Cuánta delicadeza para las mascotas y qué frialdad para el nasciturus. Ante ello en igualdad de derechos defendamos la cultura de la Vida humana. (O)