Con gran sorpresa recibimos la infausta noticia de la partida de un grande como ser humano, como artista, como gestor cultural, como amigo, como servidor, como cristiano. Me refiero a Carlo Magno García Silva, quien vino de su natal Riobamba a convertirse en un querido hijo de Cuenca y la amó entrañablemente prestando brillantes servicios a la cultura musical. Se formó en el Conservatorio José Ma. Rodríguez y llegó a ser Maestro de esta institución, también hizo estudios en la Pontificia Universidad Católica y se convirtió en un soñador y distinguido ejecutante de un cordófono tan exquisito como es la GUITARRA DE CONCIERTO. Lo apoyaron en su llegada los distinguidos Bolívar Sarmiento R, Terry Pazmiño y Ryuhey Kobayashi. Con su dinamismo planificó mil y un actos, llegando con un gran esfuerzo a ser el Presidente de la FIGCCE (Fundación Internacional de Guitarra Clásica), academia donde formó a muchos jóvenes de manera exigente y amigable, vertical y digna de encomio y aplauso y hoy ya convertidos en virtuosos, líderes y profesionales, que deberán tomar la posta dejada por el Maestro y más hoy luego de haber continuado su formación en el extranjero.
Carlo Magno, fue un gran emprendedor, buscó el apoyo de instituciones públicas y privadas, para la difusión del arte que no debía ser impulsado sólo a nivel citadino, también periféricos y rurales. Se constituyó en pionero de los conciertos académicos, formativos, clases para Maestros, docentes, estudiantes, para no videntes y niños autistas, soñaba con la inclusión de todos los estratos humanos. En 1988 se organizó la Asociación Nacional de Guitarristas del Ecuador, núcleo del Azuay y fue nombrado por meritoria su Presidente. Fue la semilla para los 8 festivales de la FIGCCE, a donde llegaron los más connotados guitarristas de Europa y América. Surgieron los talentos locales: David Vázquez, Pablo Árbito, Andrés Calle, Kimberly Toledo, Julio López, Mateo Vintimilla, Martín Granda, Iván Narváez, entre tantos formados de la mano, inteligencia, estrictez y corazón del Maestro García.
El SER SUPREMO, lo ha llamado para que su Música sea interpretada por el virtuoso, mientras Cuenca perdió a un Grande. Tenemos una deuda con quien dedicó su vida a una tarea trascendente. Las notas en el arrebol son eternamente audibles por llevar una cuota de etéreas, y ahí viaja el espíritu del Amigo y Maestro distinguido. Buen viaje al mundo de la armonía y la luz. Gracias por tu gran gestión, Caballero de la Guitarra. (O)