Error de cálculo

CON SABOR A MORALEJA Bridget Gibbs Andrade

El chavismo gobernante se equivocó al considerar que no sería tan alto el precio de proclamar una vez más como presidente al dictadorzuelo sin contar con resultados totalmente comprobables y que, además, fueran aceptados por la oposición. En su infinita estulticia el gobierno de Venezuela creyó que los sectores populares le siguen perteneciendo. Nada más lejos de la realidad. Hoy, las barriadas están protestando con vehemencia. Según el gobierno las manifestaciones son financiadas por la oposición; pero los que vemos un poco más allá de nuestras narices, sabemos que eso es una falacia.

Luego de que el Consejo Nacional Electoral (CNE) publicó un único boletín con el resultado de las actas y denunció que hubo un intento de hackeo informativo por parte de la oposición para enlentecer el cómputo total de la votación, Estados Unidos y la Unión Europea pidieron al CNE que mostrara todas las actas para corroborar el resultado que dio, dando por triunfador a Maduro sobre el opositor Edmundo González. El apuro no les permitió sumar bien. El total de votos citados debía dar 100 % y no 130 % como publicó el CNE.

El lunes por la noche la oposición dijo que había ganado las elecciones con más de 40 puntos de diferencia sobre Maduro y que tenía, al menos, el 73 % de las actas para comprobarlo.

Nueve países de la región solicitaron una sesión extraordinaria en la OEA para exhortar a Maduro a que acepte su derrota o convoque a nuevas elecciones. Desafortunadamente no se aprobó ninguna resolución por la abstención de los gobiernos de Lula, Petro y AMLO para que el autócrata haga públicas las actas de su supuesto triunfo.

El rechazo internacional ante el fraude venezolano ha traído rupturas diplomáticas. El gobierno del dictador retiró a su personal diplomático en siete países y exigió a los gobiernos de esas naciones a hacer lo propio con sus delegaciones diplomáticas en Venezuela.

Los funcionarios obsecuentes al dictador cometieron un error de cálculo al anunciar resultados dudosos que no sólo han provocado el rechazo mundial, sino también de los sectores populares de Venezuela.

Mientras tanto, la manada ecuatoriana de borregos, con pastor incluido, vocifera que las elecciones venezolanas fueron transparentes, democráticas y legítimas.

Los zurdos están acostumbrados a decir sandeces, pero en sus intentos por defender a Maduro, están ratificando que la imbecilidad humana no tiene límites. (O)