A pocos días del gigantesco robo electoral

Gerardo Maldonado Zeas

Maniobrero y falaz como es Maduro, luego de 6 días de haberse perpetrado el robo electoral más grande de la historia de América Latina, no ha presentado las actas de las elecciones, que en cambio si las tiene el grupo de la Plataforma de la Unidad Democrática de Edmundo González Urrutia y María Corina Machado.

Varios trucos y distractores para no enseñar las actas llenan de vergüenza a los ciudadanos. Primero, logró que los títeres de Lula y Petro se abstengan de condenarlo en la ridícula reunión de la OEA, cuando ellos en apariencia pedían al dictador, organice unas elecciones democráticas.  Segundo, el Tribunal Supremo de Justicia, entidad controlada por el chavismo, convocó a los candidatos a presidente para ayer viernes, para dizque revisar el proceso electoral. González Urrutia no debía ir por temor a ser detenido, generando una causal suficiente para declararlo en rebeldía y ordenar su prisión. Tercero. Maduro ha dicho que los observadores internacionales han avalado los escrutinios, ¿quiénes? Franco Loor abogado de Glas, el tío Galo Chiriboga, Gabriela Rivadeneira y Mónica Palacios, las dos ultracorreistas, vivas vergüenzas de la política ecuatoriana. Además, el asalariado español del PSUV Juan Carlos Monedero.

Mientras ganan tiempo para forjar actas, Maduro y su combo de delincuentes han amenazado, detenido y matado a venezolanos. El embravecido “baño de sangre” pregonado por el dictador se va cumpliendo, ante la mirada atónita del mundo, menos del grupúsculo al cual mantiene con prebendas y regalos.

Una serie de condenas y rechazos se han producido en los cinco continentes; los comentarios, análisis y proyecciones del futuro político de la nación llanera son los temas centrales. Mientras los venezolanos lloran a sus muertos, de a poco tratan de volver a la normalidad, ante la amenaza de ser encarcelados o desaparecer en manos de las fuerzas represivas y criminales de Maduro, Diosdado y Padrino López.

En el Ecuador, los correístas de la Asamblea Nacional, escribieron una página más de ridiculez cuando a pretexto de defender a quien les da la mesada, desviaron sus comentarios para no repudiar el robo electoral del domingo pasado. No obstante, no pudieron impedir que 78 asambleístas condenen tan temerario fraude.

Como siempre ha ocurrido, el desgarramiento de las vestiduras de quienes condenan a Maduro se irá extinguiendo. En pocos días el “chavismo” seguirá en su plan de horror; si hasta ahora son 8 millones los migrantes, en los próximos meses la diáspora se incrementará de manera radical, y serán los países vecinos quienes deban acoger a los venezolanos que pretendieron reunificarse con sus familias.  Estamos convencidos que votar por la tendencia chavista-madurista, como es el caso de la Revolución Ciudadana en Ecuador, es firmar el acta de defunción de la democracia, porque si logran entrar a la presidencia, no se irán nunca más. (O)