En la página web de la National Geographic se da a conocer que una planta alemana en Düsseldorf está fabricando un combustible líquido basado en la luz solar. En un campo de dos hectáreas llenas de espejos que concentran la luz del sol en una torre de 60 metros de altura, se empieza a producir a base de energía solar un combustible sostenible y neutro en carbono, contrario del combustible fósil. El proyecto denominado “DAWN” está desarrollado por la empresa suiza Synhelion y que para la producción a escala industrial lo llaman combustible solar.
Los científicos dicen que la energía solar funciona al contrario del combustible fósil, es decir, afirman “tomamos el agua y el dióxido de carbono y lo revertimos con energía renovable en un combustible sintético, cerrando así el ciclo del carbono”. Es decir que el primer paso es conseguir una fuente de carbono para extraer directamente de la atmósfera el CO₂ por lo que no se libera más dióxido de carbono del que ya existe en nuestro ambiente, de modo que extraer del aire que tenemos resulta difícil obtenerlo a escala industrial.
Los expertos continúan afirmando que los espejos concentran la luz del sol en un receptor, los que generan vapor que se combina con la biomasa y el agua que se produce en un reactor en la torre. Con esta reacción química se crea un gas sintetizado de monóxido de carbono e hidrógeno hasta que se convierte con procesos químicos en hidrocarburos líquidos. Se dice que para el 2030 o el 2040 se agotarán las reservas de crudo existentes en el planeta, por lo que todos los experimentos que se realicen ahora como la utilización eléctrica, los motores a hidrógeno, o ésta, la de combustible solar muestran que existen alternativas diferentes. (O)