Los partidos y movimientos políticos tienen la obligación de llevar adelante procesos democráticos internos para seleccionar a sus candidatos y candidatas a las dignidades de elección popular. Este proceso, conocido como primarias, tiene distintas metodologías y, aunque debería responder a espacios de reflexión con su militancia, en función del proyecto de país que propone el partido y movimiento, suelen reducirse a un esfuerzo por cumplir las expectativas del más elemental marketing político.
Frente a esa realidad corresponde considerar el criterio de la ciudadanía sobre los atributos que debería tener quien tendría a su cargo la presidencia del Ecuador. En una reciente encuesta realizada por Comunicaliza y publicada el pasado 5 de agosto, se resalta que la población privilegia cualidades como la experiencia en gestión de crisis y seguridad (31,3%) seguido de la trayectoria de lucha contra la corrupción (26,3%), la visión innovadora para el desarrollo del país (24,2%) y la capacidad para implementar reformas económicas (21,3%). Estas preferencias delinean perfiles de candidaturas que podrían tener más opciones electorales y pueden explicar las decisiones que se tomen en el seno de los partidos y movimientos.
Al parecer a la ciudadanía ya no le interesa las improvisaciones en Carondelet. Para el 68% de la población es muy importante que quien ocupe la presidencia tenga experiencia previa en administración pública. El 45,5% afirma que debe tener conocimientos en economía mientras que el 43,9% privilegia conocimientos en seguridad.
Este es el panorama sobre las preferencias del electorado. Por ello, cuando se expliquen los resultados de los procesos de primarias, es muy probable que obedezcan a miradas electorales antes que a reflexiones ideológicas con la militancia.