Ensañamiento

A lo mejor se exagere, pero lo resuelto por el Presidente Daniel Noboa al disponer el trasladado de la Vicepresidenta Verónica Abad, desde Israel a Turquía, cae en el ensañamiento.

Abad, por decisión de Noboa, fue enviada a Israel para cumplir funciones diplomáticas, estando este país en plena guerra con el grupo islamista Hamás.

Cuando la guerra ha bordeado todos los límites, y en tales condiciones la segunda mandataria está “en riesgo”, ahora dispone su traslado junto con su familia a Turquía.

Deberá volver a Israel cuando la situación varíe; es decir, quien sabe cuándo.

A tal punto han llegado los rencores, los desencuentros, en suma la manifiesta enemistad del Presidente en contra de quien fuera su compañera de papeleta en las elecciones efectuadas hace casi seis meses.

La Cancillería ha sido utilizada para ese fin poco democrático, poco humano, dejando entrever las bajas pasiones y el empeño aferrado de no encargar a Verónica Abad la Presidencia de la República mientras Noboa estará en campaña.

Esto último se confirmó ayer durante la convención de ADN, el movimiento político del Presidente, al haberlo candidatizado para la reelección.

No es fácil predecir sobre cuáles serán los justificativos si finalmente Noboa no acata la Constitución respecto del encargo temporal del poder.

Lo expresado durante la comparecencia virtual de Abad ante una comisión legislativa ocasional le habría fastidiado aún más. Incluso le advirtió con demandarlo por violencia política, no sin antes tildarlo de “misógino y machista”.

La historia política del Ecuador da cuenta de graves desencuentros entre los Presidentes y Vicepresidentes de la República. Hablar de lealtad a toda prueba, en especial de los segundos, con pocas excepciones, queda para la duda.

Sin embargo, ningún Presidente llegó al extremo de Daniel Noboa. Su decisión, mucho más la tomada en estas últimas horas, podría pasarle factura electoral.