Un Derecho del cuidado

José Chalco Salgado

Es tiempo de desafíos. Germina una transformación. Una mirada ética por la urgencia del cuidado de uno, del entorno y del otro. De la necesidad de religación entre la vida, lo humano y la naturaleza.

El derecho no puede estar ajeno. No lo está. El constitucionalismo desde su origen en Inglaterra buscó ser una respuesta para el equilibrio de las relaciones: un poder político frenado, grupos sociales atendidos, derechos reglados y no sujetos a voluntades. Todo, para alcanzar armonía y justicia.

Si se mira la evolución del Estado y el Derecho, se identificaría al menos tres grandes modelos: primero, el del Estado absoluto, en el que el derecho se encuentra condicionado o sometido al Estado; segundo, el del Estado de Derecho, aquel en el cual el poder se encuentra sometido al Derecho; finalmente el tercero, de un Estado de Derechos (establecido en Ecuador) que comprende que el límite al poder y la comprensión del bienestar social está en los derechos, en su radicalización y materialización, convirtiéndose éstos en una nueva centralidad.

Que sí. Lo importante son los seres vivos y su armonía. Sus derechos. A la vez, sin duda, las obligaciones que permiten la efectividad directa de los derechos de los otros. Los derechos guardan una línea transversal a lo largo de todo el modelo y ordenamiento jurídico, a tal punto que llegan a tener vigencia en la configuración de valores y principios como sustento pleno; así en la sección orgánica del poder, en el desarrollo del país, en la descentralización político y administrativa, en el orden público y en la participación de los asuntos de gobierno.

El Derecho no es ajeno, aún menos frío y de cálculos. Comprende de la complejidad en la que se sustentan las relaciones de todos y cada uno de los seres, pero además de la casa humana común y su reconstrucción necesaria para avanzar hacia la ética del cuidado.

El Derecho debe guardar conciencia y aplicabilidad en las nuevas circunstancias para lograr una humanidad sí más justa y ordenada; pero, sobre todo, con una base de sentido ético. Con sentido de cuidado y compasión. (O)

@jchalco