Los dictadorzuelos, los tiranos, los déspotas, o como quiera llamárselos, sea que aparezcan como de izquierda, de derecha o híbridos, tienen muchas coincidencias entre ellos. Una de ellas es su irrespeto a la Constitución y las leyes, en tanto y en cuanto estas no favorezcan sus nefastos intereses. Otra es la desfachatada violación de los derechos humanos. El manejo y control de los demás poderes del Estado y de las FF.AA. La descalificación, la intimidación y la violencia contra quienes disienten con sus planes y forma de gobierno. Pero hay dos coincidencias que son un denominador común indiscutible de los gobiernos autoritarios: su obsesivo afán por perennizarse en el poder, a costa de las maniobras que fuesen necesarias para tal fin, y, su falta de identidad ideológica.
El chavismo en Venezuela es un clarísimo ejemplo de lo mencionado y, las aisladas voces que se han levantado para reivindicar el denigrante régimen, entre ellas, ¡cuando no!, la del “innombrable”, luego del estruendoso fraude de las últimas elecciones presidenciales, no hacen sino ratificar que el “gorilón caribeño” y su banda, se encuentran cercados por la opinión pública internacional así como por la decisión honesta y democrática de los gobiernos de la gran mayoría de países, quienes exigen, y con sobra de razones, la transparentación de los resultados electorales últimos.
¿Será que el “gorilón” y su banda, a pesar del monumental fracaso que ha constituido su manejo del país llanero, continúan queriendo mantener un Estado socialista como una utopía bolivariana digna de un premio Nobel? No amables lectores, es tal la desesperación por continuar en el poder, que solamente se explica porque las canonjías, los privilegios y el manejo de los negocios estatales, son de tal magnitud, que la más mínima posibilidad de que sean descubiertos o que su control pase a otras manos, les provoca crisis de ansiedad y depresión que bordean con la locura y les llevan a cometer errores, como lo del manejo vergonzoso de las últimas elecciones, la ruptura de relaciones con la mayoría de naciones latinoamericanas o el desafío a los trompones a Mr. Elon Musk. (O)
