El negocio  de dispersión electoral              

Hugo Darquea López

17 binomios presidenciales conforman la papeleta electoral, la más numerosa de la historia y que decir de asambleístas, la dispersión del voto es un hecho que comprueba la devaluación   política, cuando en sano sentido cívico cinco presidenciables, máximo, y otro tanto de listas sería lo necesario para definir el voto ciudadano, claro, si primara el exclusivo objetivo de servir al bien común.    

  Anuncian sus promotores que es un intento preliminar de participación para llegar a conciliar tendencias hasta el tiempo de inscribirlas.  Anuncio simplista para justificar la inflación electoralista que opera desde el 2007-2008, y más aún cuando se creó el fondo partidario y el de promoción electoral.

No debe ser, pero es, los indiciados penalmente pueden ser candidatos. En otros tiempos un poco de pudor fue el primer factor de selección. Hoy campea el cinismo.

Se dan los casos excepcionales de candidaturas serias que representan principios ideológicos y que han definido sus programas.

  Máximo cinco candidatos presidenciales y cinco listas nacionales y provinciales de asambleístas garantizarían seriedad y eficacia gubernamental y parlamentaria. 

Recordemos que la consulta popular y el referéndum convocado por el presidente Guillermo Lasso en el año 2023 propuso la enmienda del sistema de participación exigiendo condiciones necesarias del reconocimiento legal de las organizaciones políticas con un registro mínimo de afiliación, el 1, 5%, propuesta que fue negada.

Hoy 272 movimientos políticos actúan como resultado de la dispersión de las tendencias en grupúsculos organizados a voluntad de quienes consideran sus intereses sobre los intereses ciudadanos, por eso se deviene en un “bazar de candidaturas” cuando en realidad dos tendencias aglutinan las primeras minorías de elección presidencial o, controlan la Asamblea. Así funciona el perverso negocio de la dispersión electoral, perverso negocio, porque pervierte la política ejercida en beneficio y logro de inmunidades indebidas con el retorno del populismo autoritario. Fatal para la democracia.     (O)