La denuncia en contra del presidente Noboa hecha por la Sra. Abad, Vicepresidenta de la República, en realidad no puede tener ninguna conclusión efectiva como la que ella pretende, es decir la destitución del presidente. Apelaré a los señalamientos realizados acertadamente por un excelente abogado constitucionalista, uno de los mejores del país, el Dr. José Chalco S. quien, con extraordinaria solvencia, nos ha recordado que las únicas la causales para destitución del presidente de la República están señaladas en el Art. 145 de la Constitución Política de la República y que entre ellas no se encuentra la que ha sido audaz y torpemente invocada por la Sra. Abad. Es obvio que ella, al igual que la gran mayoría de ciudadanos, no conocemos de Derecho, peor de Derecho Constitucional, pero su más elemental responsabilidad era consultar con un profesional en esta materia, pero uno que realmente conozca.
El Dr. Chalco además nos recuerda en su artículo de hace algunos días que en Derecho Público solamente es posible hacer lo que está expresamente señalado y nada más, es decir no podría, bajo ningún concepto, realizarse una interpretación extensiva. De tal forma que la pretensión de la vicepresidenta está completamente errada y bajo ningún concepto podría nadie hacer lo que ella pretende absurdamente.
Desventuradamente en nuestro país las personas encargadas de interpretar y cumplir las leyes, es decir Asambleístas y Jueces, parece que muy poco o nada conocen de aquellas. Es evidente que cuando se busca personas para unos y otros de esos cargos, Jueces y Asambleístas, se escoge entre quienes, en general, sean las menos conocedoras del Derecho, lo que importa es cumplir con algún compromiso o compadrazgo.
Al fin hemos llegado a tener un presidente que vale la pena, serio y eficiente, y por esto merece que los ecuatorianos hagamos posible que continúe en la posición en que se encuentra. Claro que los seguidores del prófugo estarán deseando que eso no suceda para que la tremenda gallada pueda continuar con el saqueo y el respaldo al narcotráfico igual que sucedió en la década en que, por desgracia nacional, estuvieron encaramados en el poder. (O)