Cambio climático afecta a nuestras cuencas

Gonzalo Clavijo Campos

El calentamiento global afecta a todas las regiones de la Tierra. Desde hace tres décadas, la ONU ha convocado insistentemente a la unidad para revertir el cambio climático, ante desastres cada vez más severos e irreversibles.

Por ello, en julio de 2009, el gobierno ecuatoriano declaró como política de Estado la adaptación y mitigación al cambio climático. Para cumplir con este mandato, el Ministerio del Ambiente ejecuta políticas que buscan reducir la vulnerabilidad social, económica y ambiental, con el apoyo del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF).

Numerosas iniciativas se han desarrollado en el Distrito Metropolitano de Quito desde el año 2004, para paliar los problemas ambientales. Entre ellas, destaca la creación del Fondo para la Protección del Agua (FONAG). Sin embargo, un informe preparado por FLACSO-PNUMA, demuestra que, a pesar de los esfuerzos en curso, estos son insuficientes ante la magnitud de los impactos.

Los estudios más importantes realizado en nuestro cantón para investigar el impacto del cambio climático en la cuenca del río Paute, específicamente en la subcuenca del Tomebamba, en Monay y Sayausí, y en la pequeña subcuenca Guagrahuma del Machángara. Este estudio, llevado a cabo por el Ing. Juan Fernando Farfán, se basa en datos observados tanto de lluvia como de temperatura.

Los resultados advierten sobre la amenaza creciente del cambio climático. La temperatura en la cuenca del Paute tiende a aumentar, con variaciones en la distribución de las especies vegetales, un aumento en las tasas de evapotranspiración, y la sequedad del suelo. Esto se traduce en una pérdida de la capacidad de retención de agua del suelo y un aumento en la variabilidad del caudal, con crecimientos súbitos y sequías prolongadas, como las que estamos sufriendo.

¿Cuál es la solución frente a este preocupante panorama? Sin duda, la protección y regulación de las cuencas. Ya no se puede expandir sin control la mancha urbana ni la actividad ganadera, destruyendo el pajonal y el chaparro. Las cuencas del Tomebamba y Yanuncay deben tener una gestión similar a la del Machángara por parte de ELECAUSTRO S.A., que ha obtenido tan buenos resultados, con frecuentes reconocimientos internacionales. (O)