Hay muchos temas coyunturales importantes que copan la atención de la ciudadanía y que deben ser atendidos y resueltos, sin embargo no debemos olvidarnos de los estructurales, de aquellos que en el mediano y largo plazo permitirán mejorar las condiciones del accionar de las instituciones públicas y por ende de la población a la que están destinadas a servir.
Uno de esos temas es el de la desconcentración, es decir la transferencia de competencias y recursos desde el nivel central a los niveles locales. No es posible que las decisiones se sigan tomando en Quito, muchas veces con desconocimiento de la realidad y las necesidades.
Para desconcentrar sólo se necesita voluntad.
La desconcentración tampoco es la panacea, pero poder decidir a nivel local, permitirá mejorar la gestión, la eficiencia, la eficacia, así como la participación y el control social.
Mientras el centralismo siga siendo la norma, la defensa y garantía de derechos en la práctica se ha convertido en una dádiva que los desnaturaliza. (O)