El reinicio de los cortes de la energía eléctrica en Ecuador, conocidos popularmente como apagones, constituyen el corolario no sólo de la falta de lluvias (que también se da en los países vecinos), sino de una serie de imprevisiones e inconsistencias en la gestión gubernamental frente a la crisis eléctrica, crisis que se desató desde en las postrimerías del Gobierno anterior.
Ya desde antes del comienzo de su gestión, y más específicamente desde que fue candidato a la Presidencia, Daniel Noboa afirmó que él sabía cómo hacer para evitar que vuelvan a repetirse los apagones que ocurrieron durante la Presidencia de Guillermo Lasso. Luego, ya en el ejercicio del poder gubernamental, logró que la Asamblea le apruebe una Ley que eufemísticamente él la llamó como la “Ley no más apagones”. Posteriormente habló de la contratación de barcazas, de comprar más energía eléctrica a Colombia, de alentar la inversión en dicha energía, etc.
En este contexto, el discurso del Gobierno se ha caracterizado por la afirmación constante de que no sucederían nuevos apagones. Empero, cuando la realidad superaría al discurso, cuando nuevamente se producirían apagones, ese mismo discurso engañoso trataría de dar explicaciones poco creíbles, a saber: el vaciamiento de la represa de Mazar, un “sabotaje” dirigido por su propia Ministra de Energía, una “falla humana”, etc.
Lamentablemente el Gobierno actual no se caracteriza precisamente por la transparencia, sino más vale por estructurar relatos o narrativas que oculten la realidad y favorezcan electoralmente al objetivo de la reelección de Noboa. Sin embargo, en el tema de los apagones, la realidad es que el Gobierno no ha tomado las medidas técnicas adecuadas y oportunas, para evitar (o por lo menos aminorar) la nueva fase de apagones que comenzó el miércoles en la noche de la semana que termina. Un indicador de esa falta de previsión es la bajísima ejecución del presupuesto destinado en 2024 para el tema energético.
Aún más, un informe de la Contraloría General del Estado concluye que, la crisis actual de energía eléctrica del país, se debe a la falta de mantenimiento de las centrales termoeléctricas y a la ausencia de nuevas inversiones en dicha energía, ocurrida durante los últimos Gobiernos. (O)