Los cortes de energía han sido comunes en el país, especialmente quienes tenemos más de 30 años lo sabemos, ha habido estrategias de todo tipo para enfrentarlos, desde cambiar el horario hasta restringir los tiempos de trabajo, pero provocar miedo e inseguridad no ha sido una de ellas.
Una forma de limitar la participación y la actuación de la sociedad civil frente a cualquier crisis y a la incapacidad estatal es provocar miedo, inseguridad y abusar de un poder que ya está totalmente desgastado, una estrategia totalmente populista y avalada por un sistema que consume noticias falsas y escándalos. Alguien debería decirle que lo único que provocan los estados de excepción son pérdidas económicas a los pequeños y medianos negocios.
Qué intenta el gobierno con esta jugada, a qué viene la idea de que una crisis energética, que se hubiera podido evitar con una mejor administración de las hidroeléctricas, y que ahora se tiene que enfrentar con pitos, velas y buena actitud, porque todos debemos arrimar el hombro y seguir comiendo el cuento de una guerra interna y de la necesidad de un estado protector; por cierto ¿hasta cuándo va lo del 15% del IVA y qué he mejorado con eso? (O)
mi.cordero@sendas.org.ec