El “cambio climático”, no admitido en el pensamiento de los gigantes que como cosa propia han manejado al planeta, llegó a mostrar sus muy conflictivos efectos sobre la humanidad entera, unos con estiajes drásticos y, otros, con exceso de lluvias y sus devastadores efectos; ambos gestores de muerte, miseria, hambre, angustia e incertidumbre, pagando justos por pecadores.
En Ecuador nos encontramos en un estío extremadamente radical, días de alto sol y noches heladas, sumado a la cantidad de piras ocasionadas por enfermas manos, causantes de ecodelitos de este calibre que destruyen biodiversidad, alteran curso hídricos, distancian la nubosidad por el calor y disminuyen la remota posibilidad de lluvias, deterioran la calidad del aire que lo respiramos, destruyen la estructura biológica de los suelos y extinguen los bosques que a nivel de las cordilleras son como escaleras a través de las cuales ascienden las nubes en etapas, sumando a la evapotranspiración de los bosques y por fin generando la condensación como fuente de precipitación pluviosa y sin reforestación ética y cierta.
Y vino la crisis eléctrica, aunque sería mejor decir que nuevamente se repite la historia. Los políticos dicen que habrá apagones, otros hablan de un mantenimiento, pero a menos de una semana habrán varios días de supresión eléctrica. Volaron a la Ministra Arrobo como fusible, otra vez se habló de sabotaje, en otra ocasión le acusaron a San Pedro. La verdad es que debemos interpretar como un descuido intencionado, que permite contratar barcazas a costos no de oportunidad precisamente. Y llegan las cuantiosas pérdidas en la economía popular, en la mediana y en la grande. Atrasos, conflictos estudiantiles, transportación, mayor inseguridad a la población, etc.
Estamos frente a la oscuridad e incertidumbre, con irresponsabilidad compartida entre varios regímenes, sin solución válida ni duradera por parte de quienes toman las decisiones. Y frente a esto, el país iluminado como siempre, edificios públicos, bares, calles, fiestas y crisis en la puerta. (O)