Negocios enfrentan pérdidas por apagones en el Ecuador

No hay una fecha para el fin de los cortes de energía en el país.

Ofelia Maya, trabajadora de una pescadería en el sector de la Feria Libre, coloca el hielo sobre los camarones para mantener el producto fresco ante los apagones.
Ofelia Maya, trabajadora de una pescadería en el sector de la Feria Libre, coloca el hielo sobre los camarones para mantener el producto fresco ante los apagones. XCA

Reducir pedidos hasta en un 50 %, ajustar los horarios de atención y recurrir al uso de hielo para mantener sus productos en buen estado son algunas de las medidas que han adoptado los comerciantes que dependen de cadenas de frío como carnicerías, restaurantes, panaderías para enfrentar las pérdidas ocasionadas por los apagones.

La sequía hidrológica, que hoy 24 de septiembre de 2024 suma 74 días, ha causado un déficit en la producción de energía eléctrica, por lo que el Gobierno ha implementado racionamientos de hasta 11 horas divididos en bloques en distintas zonas del país.

En Cuenca, los racionamientos de energía eléctrica suman nueve horas divididos en dos bloques por localidades.

Sectores afectados

Entre los sectores más golpeados están los distribuidores de cárnicos y los que comercializan otros alimentos perecederos como pescados, lácteos y frutas.

Ofelia Maya, quien trabaja en una pescadería en el sector de la Feria Libre, narra cómo han buscado soluciones para enfrentar la falta de electricidad. «Compramos sacos de hielo en Machala para mantener los productos frescos«, comenta mientras coloca el hielo sobre los camarones.

En este sector, siete puestos de mariscos comparten la misma estrategia. «Vendemos al día para no necesitar largos tiempos de refrigeración, pero algunos productos empacados al vacío como la corvina o el picudo, sí necesitan congelación«, dice.

En el sector de la 9 de Octubre, Gladys Salto, propietaria del frigorífico que lleva su nombre, expresa preocupación por los apagones prolongados. «Los frigoríficos mantienen la congelación por cuatro horas, pero si el corte es más largo, los productos empiezan a descongelarse y eso nos puede causar pérdidas», menciona.

Gladys ha reducido la cantidad de pedidos por miedo a que no pueda mantenerlos frescos. “Antes pedía 50 pollos al día, ahora pido la mitad y así mismo con otros alimentos”, explica. Agrega, que los clientes desconfían en que todo esté en buen estado. Sin embargo, no ve factible la compra de un generador debido a que es una inversión extra y las ventas han disminuido.

“Como distribuidores también dependemos de los restaurantes que operan en las noches y hasta las madrugadas, pero ellos tampoco están comprando como solían hacerlo. Están tomando sus propias medidas para evitar pérdidas, lo que perjudica a toda la cadena de trabajo”, lamenta.

A esta problemática se suma el daño potencial a los equipos. Tanto Gladys como otros comerciantes temen que las variaciones de voltaje, al regreso de la energía, puedan dañar sus refrigeradores y frigoríficos. «Si se daña uno de estos equipos, reponerlo nos costaría demasiado. Ya estamos al límite», afirma.

Menos ventas

En otro punto de la ciudad, Felipe Andrade, dueño de Danny’s Delicatessen, asegura que la posibilidad de perder producto es constante por lo que considera reducir los pedidos en un 50 %.

“Esto se traduce en menos ventas, menos margen de utilidad (…) Nos tocaría esperar que llueva, lamentablemente no hay previsiones de lluvia. La situación se vuelve crítica”, asegura.

Aunque ha cotizado la compra de un generador no puede asumir ese gasto. “Un generador de la capacidad que nos abastezca para tres frigoríficos, tres refrigeradoras y una heladera nos costaría, al menos, 2.000 dólares. No es solo la compra, sino el combustible. Claro que nos ayudaría, pero nos afecta al bolsillo”, comenta.

Además, enfrenta la competencia desleal de los vendedores ambulantes, que tienen los productos a la intemperie, sin ningún control ni refrigeración.

Restaurantes

Los restaurantes, como el de Laura Guamán propietaria de “Framalu” en el Centro Histórico, tampoco se libran de las consecuencias.

Llegué al restaurante hoy poco antes de las 07:00 y no había luz, no pudimos vender los desayunos. Fue una mañana de pérdidas«, indica. Además, critica la falta de comunicación por parte de las autoridades que no informan con tiempo. “Eso nos deja sin margen para prepararnos. Vivimos al día y esto nos está dificultando todo”, señala.

Las heladerías son otro tipo de negocio que se ve afectado. Heidy López, encargada de un local de venta de helados, explica que las máquinas expendedoras requieren de electricidad constante para funcionar y los apagones han interrumpido la producción.

Algunas heladerías han optado por comprar generadores para mitigar las pérdidas y otras utilizan niveles de enfriamiento altos por más tiempo, mientras hay energía eléctrica.

Algunos comerciantes han criticado la falta de previsión del Gobierno. “Las autoridades no han sabido prevenir esta situación, han anunciado las barcazas, pero todo a última hora. En el momento que estamos pasando la crisis quieren reaccionar y hasta entonces ya hay pérdidas millonarias para el país, desde los emprendedores hasta las grandes empresas”, aseveró Guamán.

Los apagones programados comenzaron el miércoles 18 de septiembre de 2024 y se recrudecieron desde el lunes 24, cuando el Gobierno anunció cortes de electricidad de hasta 11 horas acumuladas en el transcurso del día en distintos segmentos horarios.

Cada hora de apagón supone alrededor de 12 millones de dólares de pérdidas económicas para el país, según un cálculo oficial.

Antonio Goncalves: “Solo Dios sabe”

El ministro de Energía y Minas, Antonio Goncalves, informó que la situación en el embalse de Mazar es crítica porque se depende de las lluvias que no han caído considerablemente en el Austro. Ante este panorama, no hay una fecha para el fin de los cortes de energía en el país.

Cada viernes se informará sobre los apagones programados que se efectuarán a escala mientras dure la sequía. Así lo especificó Goncalves en una rueda de prensa que dio en Quito, junto a Inés Manzano, ministra del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, el lunes 23 de septiembre.

“Dependemos mucho de la hidrología, no puedo adelantar algo que solo Dios sabe. Lo que sí le puedo confirmar es que estamos adquiriendo energía de base (…) No sabría si el estiaje es hasta marzo, ya estamos en estiaje, se adelantó dos meses. El clima está loco”, respondió a preguntas de la prensa.

Cortes de luz inesperados

De igual forma, explicó que si se producen fuertes lluvias que lleven una excesiva cantidad de sedimentos, pueden dañar la infraestructura de la central hidroeléctrica Coca Coda Sinclair, la más grande del país, con 1.500 megavatios de potencia instalada.

En ese caso, se pueden llevar a cabo cortes de luz inesperados que, indicó, serán informados con un espacio de tiempo de cuatro a dos horas de antelación.

El embalse de Mazar, el segundo más grande del Ecuador, cuenta con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos de agua. Este es clave para mantener el control sobre el sistema energético nacional y los cortes de luz.

La actualización de las 13:30 del lunes 23 de septiembre, señalaba que el embalse estaba en 2.117,5 msnm, lo cual equivale a una recuperación de 1,2 metros comparada con la cota registrada el sábado 21.

Según explicó Goncalves, si se llega a los 2.110 metros “se pierde el control del mismo y se comienza a depender exclusivamente de la lluvia”.

Ante esta situación, el ministro anotó dos opciones: que llueva, una variable que no se puede controlar, pero necesaria para alimentar la matriz energética del país que depende en un 72 % del agua, o realizar estos cortes de luz.

«Tenemos un sistema de energía que está en crisis en generación, en transmisión y en distribución. Tenemos algunas centrales de 1971 en funcionamiento».

Por su parte, Manzano informó que en las últimas 24 horas se registraron lluvias en 16 provincias, según los datos del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), y se espera que a lo largo de esta semana llueva de manera focalizada, lo que mejoraría las previsiones.

DATOS

  • No hay una fecha en la que se revertirá la crisis energética. La única manera de que se suspendan los cortes de energía o varíen los horarios de los apagones es una vez que mejore la situación hídrica.
  • Según las previsiones meteorológicas, del 23 al 25 de septiembre en el país habrá lluvias y focalizadas en la cordillera. Del 26 al 29, se reportarán precipitaciones en todo el corredor andino.
  • Los apagones programados comenzaron el pasado miércoles y se recrudecieron desde ayer, cuando el Gobierno anunció cortes de hasta 11 horas en el transcurso del día en distintos horarios y zonas del país.
  • Los propietarios de algunos locales comerciales del Centro Histórico, se han abastecido de lámparas y focos recargables, otros han invertido en generadores eléctricos para iluminar sus locales y mitigar el impacto.
  • En los mercados de Cuenca, se han implementado generadores con el objetivo de mantener la cadena de frío y evitar que los productos perecibles, como carnes y lácteos, se dañen durante los apagones.

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