En el mercado hay des provisión de productos alimenticios. La respuesta es que no llega, no hay, se acabó o que desde Perú, Colombia y Chile no pasa la mercadería; es decir no hay producción nacional o es ínfima, lo cual es sumamente grave. País improductivo está condenado a la quiebra y un conglomerado con hambre es un pistón que en cualquier momento revienta con derivaciones impredecibles y si agregamos falta de servicios básicos como el agua y energía eléctrica debido a la no lluvia…
Un día Argentina despertó para comprobar que nada de su extenso y rico país en naturaleza le pertenecía. Los inmensos grupos económicos nacionales y mundiales se habían adueñado de fábricas, industrias y empresas. Lo que compraba el argentino venía del exterior, la producción nacional la mataron. Herencia maldecida que dejó el paso de la ideología derechista encarnada en, por ejemplo, un Carlos Saúl Menem, el mismo que daba un discurso pero no le entendían porque estaba dedicado al público de otra locación y el orador apenas se daba cuenta al finalizar casi; el mismo que en el Oriente Medio musulmán pedía a los multimillonarios árabes que invirtieran en su país, pero reafirmaba su catolicismo practicante, siendo él de origen libanés-musulmán; el mismo que construyó una pista de aterrizaje de varios kilómetros de longitud en su propiedad de cientos de hectáreas, pero con dineros del estado. Ese era el problema que no sacó de su bolsillo como recta y honestamente debió haber hecho, pero sí deseaba que otros pagaran sus lujosos gustos. Por esa y otras razones el despecho argentino empezó y comenzaron a creer en dislates como el Socialismo de Nuevo Siglo o del Siglo 21 y más expresiones zopencas de galería barata, contagiosas y sumamente peligrosas que aumentaron el hambre, la pobreza y la desesperanza humanas.
Que semejanza con el Ecuador, país con poca dirigencia presidencial, gran engreimiento personal e inmensa ineptitud para gobernar y llevar solución más que sea desesperada a la gente pobre. (O)