Las cosas en el país estaban mal, algunos pensaban que habíamos tocado fondo: corrupción por todo lado; mafias del narcotráfico enquistadas en todas las funciones del Estado; un gobierno tras otro sin norte, que no garantizan mínimamente los derechos fundamentales, ni enfrentan los niveles enormes de inseguridad; una Función Judicial con impensables casos de delincuencia en su interior; una Asamblea Nacional que no hace honor ni de lejos a ser el primer poder del Estado; un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, convertido en un engendro constitucional y legal; gobiernos autónomos descentralizados dirigidos por autoridades con poca legitimidad, que no convocan ni aglutinan…podríamos seguir páginas de páginas.
Varias veces hemos dicho que no podremos estar peor, y entonces, la realidad nos pega de bruces: falta de lluvias, estiaje, apagones, incendios provocados que asolan grandes extensiones, ponen en riesgo la vida, siembran el terror…
Con lo dicho, no espero deprimir sino sacudir. (O)