Profesores y alumnos de universidades públicas de Argentina protagonizaron este miércoles 2 de octubre de 2024 una multitudinaria protesta contra la intención del presidente Javier Milei de vetar una ley que garantiza mayor financiación a la educación universitaria, en jaque por el severo ajuste aplicado por el Gobierno.
La movilización tuvo su epicentro en la plaza frente a la sede del Parlamento argentino, en Buenos Aires, pero también hubo marchas de protesta en otras ciudades del país, con el respaldo de sindicatos y de sectores políticos de oposición.
«Los estudiantes de toda la Argentina le pedimos al presidente, en un grito de auxilio para salvar al sistema, que promulgue la ley de financiamiento universitario», reclamaron profesores, estudiantes y directivos de las universidades en un documento conjunto leído durante la movilización, en coincidencia con una huelga del sector en todo el país.
La ley, aprobada el pasado 13 de septiembre por el Parlamento, establece actualizar los fondos para gastos de funcionamiento de las universidades por la variación del índice de inflación, que en agosto se ubicó en el 236.7 % interanual.
Asimismo, ordena una recomposición de los salarios universitarios, también teniendo en cuenta la inflación.
Pero Milei ha advertido que vetará la ley, tal como lo hizo recientemente con una iniciativa para establecer los aumentos en las jubilaciones, alegando que no comprometerá el objetivo del equilibrio fiscal fijado por su Ejecutivo.
De acuerdo a cálculos de la Oficina de Presupuesto del Congreso, la ley, de aplicarse, tiene un impacto presupuestario equivalente al 0,14 del PIB, por lo que la comunidad universitaria considera que no afecta sustancialmente a las cuentas públicas.
Profesores y estudiantes ya habían hecho una marcha masiva en abril pasado por la insuficiencia de fondos para garantizar el funcionamiento de las universidades públicas, cuyo acceso es gratuito para los estudiantes desde 1949.
«Yo no hubiera podido estudiar si la universidad no hubiera sido pública y gratuita porque mi padre era obrero y mi madre, ama de casa. La educación pública hace a la identidad de los argentinos. No nos podemos imaginar sin esta universidad abierta a todo aquel que quiera estudiar», dijo a EFE Beatriz Romero, economista graduada en la Universidad de Buenos Aires, una de las más prestigiosas de Iberoamérica.
El Gobierno de Milei, que desde su inicio, en diciembre pasado, aplica fuertes recortes de gastos para recuperar el equilibrio fiscal de Argentina, tacha al sistema universitario de «caro, inequitativo e ineficiente»
De acuerdo a datos oficiales, en Argentina hay 1.749.136 estudiantes registrados en los 65 centros universitarios de gestión estatal en el país, de los cuales solo el 40,6 % (710.466) son alumnos regulares y tienen una baja tasa de graduación.
El Ministerio de Capital Humano, del que depende la Secretaría de Educación, sostiene que el Estado destina el 74 % del presupuesto educativo a las universidades, a las que acusa de no rendir cuentas de los fondos transferidos.
«Este conflicto universitario responde más a intereses políticos que a las necesidades del sistema educativo, porque los reclamos educativos están todos atendidos y resueltos«, aseguró la cartera en un comunicado.
Pero la masiva protesta de este miércoles evidencia que sí hay mucho por resolver en la educación pública universitaria, cuyos profesores cobran en muchos casos salarios por debajo de la línea de la pobreza.
«Si Milei veta la ley, muchos docentes se van a ir porque, obviamente, con estos sueldos de hambre no se puede vivir. Tal vez esto es lo que quiera el presidente: que haya cada vez más ignorantes y menos gente pensante. Tal vez así los convenza con los gritos que da todos los días», dijo a EFE Jorge Etcharrán, profesor de la Universidad Nacional de Hurlingham, quien, con 25 años como docente, cobra apenas 400 dólares al mes, menos de la mitad de una cesta básica. EFE