COLUMNISTA

Otro ciclo universitario

Aníbal Fernando Bonilla

Se les observa alegres ante el reencuentro. Se funden en abrazos y sentir risueño. Con ganas de comerse el mundo. Con actitud positiva, la mayoría. Con ansias de superación en un medio calificado de competitivo. Ahí están, subiendo y bajando gradas, ingresando y saliendo de aulas de edificios modernos, colmando los ascensores, recorriendo apurados los amplios jardines y pasillos de casonas antiguas, o haciendo una pausa de descanso. Ahí están, con sus mochilas, con sus libros de consulta y cuadernos de formato grande, con sus mejores prendas de vestir a la moda, con sus inquietudes a cuestas. Tramitando detalles burocráticos, papeles pendientes de entrega para que puedan ser considerados en las listas de curso. Se siente la buena vibra, los deseos de erudición en plena presencialidad, en donde el contacto interpersonal rebasa cualquier ventaja tecnológica o virtual. La enseñanza como mecanismo idóneo para cimentar ciudadanas y ciudadanos que aporten a la sociedad.

Ellas y ellos serán los futuros profesionales de nuestra república, tan ultrajada por politicastros de turno y una seudo dirigencia de menor valía. Hoy mismo, el retorno a otro período universitario se ve empañado por la falta de energía eléctrica a nivel nacional, con las consecuencias evidentes tratándose del sistema educativo superior. ¿Cómo operativizar las aulas virtuales? ¿De qué manera el docente aprovecha el material digital de apoyo? ¿Hasta qué extremo el estudiante escatima en el cumplimiento de sus tareas perjudicándose por causas externas?

Con este nuevo ciclo académico, también se remoza la intencionalidad de adquirir saberes, el interés por alcanzar conocimientos distintos. Es el inicio o la continuidad de la consecución de una carrera en el despertar de las vidas. Chicas y chicos que han obtenido un cupo para el ingreso a universidades públicas. O que se han matriculado en universidades privadas contando con el pago semestral de aranceles. En cualquiera de los casos, el esfuerzo es palpable y enorme. Hay una meta trazada que se debe cumplir. Por el bien propio y de la patria toda.  (O)

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