Cuando la modernidad del siglo en curso nos obliga a depender de la energía eléctrica, todo a nivel de hogar, calles, negocios, educación, fábricas, actividades agrícolas y pecuarias, deportes, telefonía, juegos y distracciones, negocios, actividades bancarias, registro civil, juzgados, camales, restaurantes, semáforos, y una cola de etc. Tales de Mileto (VII-VI aC.), considerado el primer filósofo, y en la electricidad fue el primero en descubrirla, al frotar un pedazo de ámbar para que atraiga objetos livianos y aunque no llegó a definir que era debido a la distribución de cargas, sí creía que la electricidad residía en el objeto frotado. La energía empleada y conocida hoy, es el resultado de muchas investigaciones, el invento se le atribuye a Thomas A. Edison, quien, en 1879, consiguió iluminar una bombilla incandescente.
Que descubrimiento tan famoso de algo tan natural, pues desde lo inerte hasta lo biológico posee energía y es característica de la existencia de la materia, que es lo que podemos tocar y ocupa un espacio en el universo. La energía no puede tocarse, se la percibe como alguna de sus manifestaciones, como calor, luz, movimiento, etc.
El Estado es el encargado de vigilar y controlar a través del Ministerio de Energía y Minas, los sectores estratégicos los maneja el Estado y sólo en caso excepcional puede participar el sector privado. La competencia es sana y hoy es el único mecanismo para asegurar la presencia de tan estratégico servicio, lejos de causar la tragedia que hoy vive Ecuador entero, destruyendo las economías populares y encareciendo todo servicio a más de liquidar pequeños negocios que se ven entre la espada y la pared y terminan por quebrar.
La distribución eléctrica tiene que ser manejada únicamente por el Estado y la transmisión es el mecanismo que nos permite llevar la electricidad de un punto a otro. La solución de fondo es que el ciudadano común haga conciencia de costos reales y admitamos la presencia de créditos para hacer obras de generación o admitir la presencia de empresas privadas que sirvan con eficiencia, evitando estas crisis, ya conocidas en Ecuador. Ya conocemos los resultados de lo actuado. (O)
