La seguridad alimentaria es crucial para las familias. A través de esta guía se busca promover prácticas responsables que contribuyan a una alimentación más segura y saludable en el hogar.
Compra en el Supermercado: Comienza tu compra seleccionando productos secos que no requieren refrigeración. Coloca los alimentos pesados en el fondo del carrito y organiza los vegetales procurando que ninguno se estropee por exceso de presión. Revisa la etiqueta nutricional y presta atención a la fecha de caducidad.
En la Caja del Supermercado: Evita que los productos se golpeen. Separa los refrigerados y congelados de los secos en bolsas diferentes, colocando los productos más pesados en el fondo.
Almacenamiento en Casa: Limpia los espacios de almacenamiento y lávate las manos. Organiza primero los productos congelados, luego los refrigerados, comenzando por los más delicados como pescados, carnes y lácteos. Mantén la ‘cadena de frío’ al no abrir la nevera con frecuencia, lo que previene el desarrollo de microorganismos dañinos.
Consejos Adicionales: Mantén cerrada la puerta de la nevera, especialmente si no hay suministro de energía eléctrica, para que los alimentos permanezcan a temperatura adecuada y constante. Lava y seca los envases antes de guardarlos en la nevera. Coloca lácteos, carnes y pescados en la parte más fría. Los frutos secos y vegetales también se conservan mejor refrigerados. (O)