El estiaje en el país ha sido tan agudo en estos meses que, la situación de crisis en torno a la producción de energía eléctrica se ha vuelto insostenible. Cortes de luz que afectan a todos los rincones del país e impiden el funcionamiento normal del sector industrial, comercial, educativo, doméstico y de toda cuánta necesidad pueda demandar la ciudadanía. Los negocios a todo nivel se han perjudicado y entonces, la generación de luz se torna un imperativo personal y nacional.
La realidad es que la luz constituye un requerimiento indispensable en cada ciudadano y en toda actividad.
Si recordamos la creación del mundo, Dios puso al hombre y a la mujer en la vida, pero los creo con tierra, aire, agua y fuego.
Sin embargo, el hombre dotado de enorme creatividad, más adelante, logró producir la energía eléctrica y entonces, la luz constituye fuente de vida y de desarrollo.
Lamentablemente hoy, en el Ecuador, debido al estiaje, hemos sentido la ausencia de este beneficio fundamental y, aspiramos que más pronto que tarde, lleguen las lluvias a irradiar en campos y ciudades y que la producción de luz, en las centrales eléctricas, vuelva a normalizar la vida de los ecuatorianos y que, pronto como en la creación del mundo, digamos: “y la luz fue hecha”. (O)