Los 100 años que está cumpliendo Diario EL MERCURIO, constituye una oportunidad para resaltar su larga trayectoria histórica, y de compromiso con la práctica de una prensa libre y democrática.
En ciertas coyunturas que ha vivido Ecuador, donde incluso el ejercicio pleno de la libertad de expresión sufrió amenazas desde las esferas del poder político, ha sido gratificante para la democracia que un medio de comunicación, como Diario El Mercurio, haya mantenido su vocación de hacer un periodismo sustentado en la objetividad y el pluralismo, rasgos esenciales que le han permitido rendir un tributo cotidiano a su lema: “Diario independiente de la mañana”.
Así como no puede construirse una prensa auténticamente libre y democrática, si esta tiene dependencia de los grupos de poder económico; tampoco puede desarrollarse esta prensa si hay dependencia de los poderes políticos. Y es precisamente la ausencia de este último tipo de dependencia lo que suele molestar a los Gobiernos de turno, especialmente a aquellos de tintes autoritarios, cuyo objetivo es usualmente el cultivo de una prensa sin crítica y trasmisora de su “verdad oficial”.
Pero, si aquellos medios comunicación privados, que se manejan con objetividad y ética, como es el caso de Diario El Mercurio, pueden ser una herramienta para la promoción de una sociedad más racional, libre y democrática; también lo podrían ser los medios denominados como públicos, esto siempre y cuando se deban a los diversos sectores del pueblo y no a ningún interés particular o gubernamental.
Lamentablemente estos medios no existen en Ecuador, pues la posibilidad de desarrollarlos quedaría trunca cuando, durante los últimos cuatro Gobiernos, fueron convertidos más bien en medios gubernamentales y, como tales, en medios trasmisores de una” información” comprometida con una versión gubernamental de los hechos; minimizando los espacios para las otras versiones, especialmente para aquellas críticas al poder político.
En ese contexto, Diario El Mercurio ha caminado en la historia de la mano de un periodismo analítico, pluralista y socialmente comprometido. En lo personal nos sentimos honrados de colaborar por más de 16 años en su página editorial, en esta columna semanal de análisis político. (O)