Como muchos deportes, el automovilismo hizo que Cuenca y Azuay se escuchen en diferentes partes del país. Estas historias y triunfos de diferentes pilotos de esta ciudad quedaron marcadas en las distintas páginas de Diario El Mercurio, que cuenta las vivencias y el sinnúmero de esfuerzos que hacen los representantes para brillar en sus actividades.
Tanto en carreras nacionales como locales han sido testigos de la pericia de los deportistas azuayos, quienes han dejado un legado importante en las calles del país.
Diario El Mercurio, el 1 de octubre de 1960, en la página siete, se publica sobre la preparación de los pilotos cuencanos, quienes se alistaban para la cuarta edición de la Vuelta Automovilística a la República.
En aquella nota, se destacó al coche 8 Oldsmovile, perteneciente a los volantes azuayos Humberto Cisneros y Emiliano Escandón.
“La afición espera segura de nuestros corredores que sabrán defender el prestigio automovilístico de Cuenca, con pundonor y dignidad”, escribía el cronista deportivo de aquel entonces del medio de comunicación.
También en dicha carrera se enaltecía el entrenamiento de los cuencanos, Arturo Semería y su copiloto Emilio Maldonado. De igual manera, se daba importancia a la participación de Arturo Picón y de su hermano Roberto, quienes piloteaban la máquina 44 Ford. En esa edición de la Vuelta, el triunfo fue para Luis ‘Loco’ Larrea.
Años más tarde
Unos años más tarde, el 24 de mayo de 1967, se destacaba la organización de una de las carreras más llamativas de la ciudad y que estaba a cargo de la reconocida Escudería Los Pumas. Aquella cita tuerca fue ganada por Miguel Ríos, quien registró sus 46 vueltas, con un tiempo de una hora, treinta minutos y 15 segundos.
El recorrido se hizo en ese entonces por los espacios cercanos al hoy conocido estadio Alejandro Serrano Aguilar.
La historia en el automovilismo azuayo continuaba. El 5 de noviembre de ese mismo año, se realizó el circuito “Las Tres Horas de Cuenca”. Se contabilizaron 21 coches, entre ellos la figura de Diego Pozo, quien conducía una Ford Anglia de 1.500 cc. Fue el favorito para llevarse la prueba.
Sin embargo, fue la máquina Datsun Blue Bird 21 de Miguel y Rolando Ríos, la que se llevó el triunfo en 58 vueltas a las principales calles de la ciudad.
Más títulos para Cuenca
Otro de los logros del automovilismo cuencano y azuayo, escrito en las páginas de El Mercurio, fue el primer título nacional de 1981, alcanzado para la provincia de Enrique Mora, quien a su vez fue el gran ganador de la tradicional carrera de las 1.000 Millas Lagarto.
En dicha justa, los participantes estuvieron frente al volante por más de 14 horas, por camino que recorrieron por todo el país. La cita terminó en Quito.
Este triunfo significó que ‘Pity’ Mora logré la copa del Campeonato Nacional de Automovilismo 81”. Fueron en total siete fechas, en distintas modalidades. Su máquina fue un Colt Lancer.
Otro de los pilotos cuencanos que mostró su fortaleza fue Miguel Merchán Luco, quien resultó en la segunda plaza de la misma carrera. Su subtítulo lo alcanzó en la categoría 1.600 a 2.000 cc, a bordo de un BMW Alpina.
Diario El Mercurio, en su edición del sábado 19 de octubre de 1985, citó la gran actuación del azuayo Iván Pesántez en la Vuelta a la República de ese año. En ese día, la competencia llegó a la ciudad y cientos de aficionados aplaudieron la pericia de los pilotos en esta tradicional justa.
Las alegrías de esta disciplina no pararon a lo largo de los años. Precisamente, Cuenca vuelve a tener un campeón nacional de Rally, en el 2014, con el triunfo de Juan Guerrero en la Vuelta de la República.