En la línea de la inmensa frustración que produjo en la dirigencia correista la fallida fuga del sentenciado Jorge Glass, vía embajada mexicana en Quito, “el innombrable” osó, como parte de su visceral repertorio, anticipar un posible ataque armado de México al Ecuador, dando como vía, ¡increíblemente!, un bloqueo al golfo de Guayaquil. ¡Solamente le faltó enviar a López Obrador un mapa de las costas ecuatorianas para facilitar una acción bélica en contra del país!
El juicio político a la ministra Palencia, entonces, debe juzgarse como producto de esta rabia contenida motivada por la devolución de Glass a su lugar de reclusión habitual. En otras palabras, lo que le interesaba a la cúpula correista era sacarse, aunque sea medio clavo, de semejante papelon internacional que le tocó pasar, con la complicidad de López incluida. Lo del tema de las cifras de la seguridad en el país, de los gastos en seguridad, de que si hay o no hay “plan Fénix”, de que “si la ministra no es destituida, yo prefiero irme a mi casa”, teatro, puro teatro.
La posición social cristiana, como casi siempre, poco entendible. Cartas bajo el tapete, calculadora en mano, anticipación a la jugada. A tal punto que uno de los interpelantes en el juicio expresó que la votación de los social cristianos, se rumoraba, iba a depender de la situación de unos barcos atuneros (¡!), dando a entender que los votos de la 6, podrían ser “negociables” por el gobierno. Que se dirá ahora luego de que los social cristianos, disciplinada y ordenadamente, cual miembros de una feligresía de hace cinco siglos, votaron junto a las huestes más sumisas del correísmo?
Y nuevamente los males no vienen solos para el correísmo. Hace pocos días han detenido en Alicante, España, a “Willy” y al “Ronco”, cabecillas de Los Tigerones que vivían como jeques en la Madre Patria y que, dados los antecedentes, nada raro sería que las investigaciones demuestren vinculaciones con los que sabemos. Finalmente, la asambleísta Cabezas, según propias declaraciones, se va de la Asamblea, ¡cuánto extrañará el país sus malas señas y los ataques a sus colegas asambleístas!