Y de hecho ya me lo imaginaba. La asambleísta de la Revolución Ciudadana, conocida por su estilo guacharnaco, afirmó que si no se bajan a la Moni Palencia, se regresaría a la caleta porque se “honra” la palabra. Ahora, en una entrevista, dice que sus declaraciones fueron sacadas de contexto. Tal parece que la Paola Cabezas estará por un tiempo más en esta Asamblea Nacional.
A ver, hagamos una lectura crítica de la agenda del poder Legislativo. Les voy a ser sinceros. A ningún ecuatoriano le interesan los juicios políticos. No pierdan el tiempo en pavadas. Que un funcionario público sea sancionado por algunos años y se le impida ejercer un cargo en el Estado no provoca ningún efecto real en la ciudadanía. Solo alimenta el ego de ciertos sectores de la política que se han ensañado en “luchar” por la impunidad del séquito político.
En realidad, el correísmo enfrenta una mala racha electoral que ya dura varios años. Creo que en esa cancha se encuentra la maldición del Makanaky. Cuando se votó por el juicio a la ministra del Interior, no lograron asestar la estocada al Gobierno y se quedaron con las manos vacías y las caras largas.
Definitivamente, son un bochorno. Esta clase política es capaz de inmolar al país para supuestamente demostrar que son la única solución a una crisis como la energética. No crean que por traer al soberano de Bélgica va a caer un monzón índico y se llenarán las represas en un santiamén. Si pretenden montar ese cuento, lamento decirles que la gente ya no come cuento.
Pero bueno, eso no va a cambiar. Es como pedir peras al olmo. Este sector en particular está lleno de payasos, bailarinas, insultadores, odiadores y majaderos. Y a estas «joyas» de ciudadanos, el país les paga un sueldo de más de cuatro lucas. Por eso, nunca desaparecerán; saben que siempre vivirán a expensas de la política, a pesar de que no sirvan para nada. (O)