Este mes se celebró el día de las mujeres rurales en el mundo, quienes pese a ser el 27% de la fuerza laboral rural, siguen ganado casi un 20% menos que los hombres.
Las mujeres rurales son un pilar fundamental en la lucha contra la pobre extrema, el hambre y el cambio climático. Su conocimiento ancestral sobre la tierra, su labor en la agricultura sostenible y su resistencia ante los desafíos ambientales las convierten en verdaderas guardianas de nuestros ecosistemas.
Sin embargo, a pesar de su invaluable contribución, estas mujeres enfrentan múltiples barreras que limitan su participación en la toma de decisiones y el acceso a recursos. Es imperativo reconocer su rol y empoderarlas para que puedan liderar iniciativas locales que aporten a mejorar condiciones como las que atravesamos en el país y el mundo.
Invertir en programas que fortalezcan sus capacidades, garanticen su acceso a la tierra y a tecnologías limpias, y promuevan su liderazgo en las comunidades rurales es clave para construir un futuro más sostenible y equitativo. Al hacerlo, no solo estaremos reconociendo su valor, sino que también estaremos asegurando la protección de nuestros recursos naturales para las generaciones venideras. (O)