El diccionario de la RAE, entre otras acepciones dice que, protocolo es: conjunto de reglas establecidas por norma o por costumbre para ceremonias y actos oficiales y solemnes.
No cabe duda que la sesión del pasado 3 de Noviembre, aniversario de la Independencia de Cuenca, fue un acto oficial y solemne, pero al parecer el Prefecto del Azuay “máxima autoridad de la provincia”, no estuvo a la altura del evento, no cumplió con normas básicas de protocolo, y en mi opinión, faltó al respeto a los cuencanos y a las autoridades que representan al país y la ciudad, acudiendo “mal trajeado”, parecía que llegaba directo de la fiesta… y en la mesa directiva con el sombrero puesto, haciendo gala de su falta de cortesía, pues que sepamos no es indígena.
No fue el único, algunos galardonados y asistentes, como la ex presidenta de la Corte Provincial y un par de concejalas no portaban atuendos adecuados para un acto de la envergadura del mentado.
Hay quienes pensarán que lo señalado es una nimiedad, pero las formas importan.
En la sesión solemne había un lugar para el Prefecto, no para el Jota a secas. (O)