Al margen de los resultados de la XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, cuyo borrador de Declaración deben tenerlo listo los respectivos cancilleres, Cuenca deberá no únicamente quedar en la retina de los visitantes extranjeros, sino sacar provecho en materia de inversiones.
Se prevé poca concurrencia de ellos. En cada Cumbre cada vez más son menos, debido a cuestiones ideológicas, al cruce de declaraciones inoportunas o hasta de entrometerse en situaciones internas de cada Estado.
En teoría, tampoco esas circunstancias deberían primar cuando de por medio están los problemas, merecedores de soluciones comunes. Pero la política internacional también está matizada de desavenencias, y, quién sabe, hasta de creer menos en las Cumbres, cuyas resoluciones, a la hora de la hora no se cumplen o se cumplen a medias.
La verdad sea dicha. Cuenca debe aprovechar el XV Encuentro Empresarial Iberoamericano, organizado en paralelo con la referida Cumbre.
Asiste lo más encumbrado del mundo empresarial, y es la oportunidad para entablar negocios, inversiones y acercamientos, en especial en el ámbito turístico.
Por ejemplo, a decir del presidente de la Confederación Empresarial de Madrid, Miguel Garrido, “Cuenca tiene un enorme potencial turístico para mostrarlo completamente en España y hacer que la gente se anime y pueda invertir”.
Como él, empresarios de los otros países pensarán igual. Sobre todo están aquí, recorriendo la ciudad, enterándose de sus múltiples facetas y oportunidades como la calidad de vida, un atractivo desde hacía mucho tiempo valorado internacionalmente, amén de su Centro Histórico, de sus páramos, de su gastronomía autóctona.
En una economía globalizada, en cuyo andamiaje el turismo juega un papel fundamental, encuentros de esa naturaleza son pilares a los cuales asirse, resultan imperdibles.
Es momento para demostrar cuán importante y rentable es Cuenca para el negocio turístico y en otros ítems del ámbito empresarial.