No es que tenga dotes de vidente ni nada parecido a los rasgos de Walter Mercado, pero ya lo venía diciendo. Las elecciones van a estar potentes. Prueba de ello es la aparición de Luisa González en medio de la transmisión del partido Ecuador contra Bolivia. Les dimos cuatro garrotazos, estábamos «con el vigor del carpintero», como dice el presi.
Vaya usted a saber cómo demonios apareció esta damita en un espacio tan particular. Ojo. El fútbol siempre ha estado vinculado con la política. Pero que el correísmo se escabulla en todo lugar para posicionar a la candidata de manera forzada, no sé qué tan oportuno sea. Por lo poco que vi en redes, a la señorita en mención le están dando una paliza por meterse donde nadie la ha llamado. ¡Metiches!
Insisto, la pasión del fútbol se fusiona con los políticos. Le doy unos ejemplitos: el «Loco» que ama fue presidente del equipo más querido del Ecuador, el Barcelona, dicen. Isidro Romero también, ese que dijo que se iba a meter una borrachera del carajo si llegaba a ser presidente. El finado Paz fue alcalde de Quito y uno de los artífices de las copas de la Liga de Quito.
En Cuenca pasa lo mismo. Galo Cárdenas, expresidente del Deportivo Cuenca, ahora quiere estrenarse en las canchas de la política. Ni hablar de los seleccionados que luego se convirtieron en políticos, como el «Elegante» Friczon Erazo o el mismísimo Tin Delgado, que no pudo meter un golcito en la Asamblea Nacional. Y si no se acuerda, fue padre de la patria patrocinado por la Revolución Ciudadana. Qué raro, ¿verdad?
En fin, poner a la susodicha como cachiporrera política es darse un balazo en el pie. En resumen: la hicieron pasar vergüenza, provocaron el rechazo de los televidentes y se mostraron como lo que verdaderamente son: unos avivatos. Eso sí, el elevado correísta que dio chance para la entrevista seguramente ya está recibiendo un poco de «terapia» y puede pasar por su cheque de liquidación. La verdad es que estos manes son básicos. (O)