Así estamos en el Ecuador. En medio de una aguda crisis energética. Con incertidumbre. Apagones en la mañana, en la madrugada, en la noche. Malestar ciudadano. Molestia generalizada. Repercusiones en negocios particulares y emprendimientos. Falta de ingresos en locales comerciales y restaurantes. Desfase y modificación improvisada en ámbitos del sector público. Desajuste en los horarios de clase. Reorganización y/o suspensión de actividades. Impacto emocional en la gente. A expensas de la lluvia cuan elemento ceremonial de épocas tribales.
Los cortes de luz eléctrica traen secuelas en el plano económico y social. Al igual, que agrava la situación de inseguridad, cuya estadística creciente se palpa día a día. Y aún más, se ahonda. Aunque las cifras oficiales digan lo contrario. Hay indignación. Son varias semanas con esta dinámica poco alentadora en perspectivas de futuro.
A lo mencionado, hay que añadir la inestabilidad política que se profundiza ante las desacertadas decisiones de quien funge en la Presidencia de la República. Inadmisible desde todo punto de vista desplazar a la vicepresidenta a través de un sumario administrativo. Aparte del procedimiento en sí, susceptible de nulidad, denota el poco conocimiento del manejo de la Cosa Pública. Aquí no se trata de afinidad o disonancia con tal autoridad sancionada, sino del cumplimiento de la jerarquía y principios de ley. Apenas se percibe revanchismo y saña. Un intento vano de emulación dictatorial. La retórica proveniente de Carondelet es vacua. Insignificante de ideas trascendentes. Dosificada por un mal humor, a través de las redes sociales. Repudiables -en todo sentido- las formas faranduleras de gobernanza totalmente alejada del diagnóstico y la realidad nacional. Es de intuir la mediocre conformación de equipos de asesoramiento, más preocupados en el material de TikTok, antes que en los tangenciales problemas que nos aquejan, y que implican una aplicación sesuda de la comunicación política. Criticable también es que el presidente de marras se encuentre más interesado en su reelección que en solucionar este momento alarmante que atraviesa la nación. A ello, se añade el gabinete ministerial acorde a tan similar incapacidad de manejo estatal. Parece que se diera línea gubernamental con rezagos hacendatarios, tal cual en aquellos tiempos en donde la lucidez del pensamiento a ratos se opacaba ante los oscuros intereses del gamonal de turno. (O)