Asociaciones civiles de Tijuana, la mayor ciudad en la frontera norte de México, acusan al Gobierno de Claudia Sheinbaum de “no tener un plan” para afrontar la crisis migratoria que desatará Donald Trump, quien la semana pasada anunció nombramientos alineados a sus promesas de deportaciones masivas.
José María García Lara, director de la Alianza Migrante Tijuana, aseguró a EFE que el abandono de la frontera viene desde la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador (2018-2024), cuando recortó los apoyos para las organizaciones ciudadanas que atienden a migrantes en todo el país.
“La Federación siempre ha estado muy distante, en la administración anterior, desafortunadamente, no hubo apoyo por parte del Gobierno mexicano, al contrario, quitaron ese recurso que era el apoyo para las organizaciones que atienden esta problemática, no solo en el norte, sino también en el centro y sur del país”, dijo.
La frontera se prepara para Trump
El activista sostuvo que, tras la victoria presidencial de Trump el 5 de noviembre y su amago de deportaciones masivas, organismos civiles, el Gobierno de Baja California y el Ayuntamiento de Tijuana ya sostuvieron reuniones para prepararse ante cualquier eventualidad.
“Ya tuvimos un acercamiento con las autoridades, se está hablando del tema, principalmente por esa incertidumbre que nos genera y que no podemos negar, así que se hizo una reunión virtual con todas las autoridades y se está viendo el tema”, expuso.
La inquietud crece después de que la semana pasada trascendió el nombramiento del próximo «zar de la frontera» estadounidense, Tom Homan, quien fue director del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la primera presidencia del republicano (2017-2021), cuando instauró la política de separación de familias migrantes.
Además, Trump nombró como subdirector de política de la Casa Blanca a Stephen Miller, conocido como el arquitecto de la estrategia de deportaciones masivas.
En Tijuana, García Lara contó que dialogan “sobre las posibilidades de apoyo y de ayuda por parte de las organizaciones internacionales que van a estar pendientes de esta situación”, que “se pondrá compleja a partir del próximo año”.
Pero, pese a la coordinación local, “lo único que sí faltó ahí fue la Federación», reconoció.
“Era importante que estuvieran (las autoridades locales), porque también es muy importante ver qué es lo que ellos van a implementar, qué programas van a echar a andar, qué acciones van a emprender si se llegan a dar estas deportaciones muy fuertes de mexicanos a nuestras zonas fronterizas”, refirió el activista.
La mano dura en México
Por otro lado, Hugo Castro, fundador de la Coalición S.O.S. Migrante, dijo a EFE que “es lamentable que los recursos» del Gobierno de México, «los estén utilizando para la persecución de los migrantes y, lamentablemente, que habiendo tanta violencia hacia esta población se esté normalizando”.
“Las autoridades siguen diciendo: ‘rescatamos a los migrantes’, pero ¿cuándo les pidieron apoyo? Son migrantes que quieren cruzar a Estados Unidos, muchos de ellos mexicanos, que ya tienen sus familias en aquel país y que no quieren volver”, expuso.
El activista detalló que migrantes se topan ahora con la Guardia Nacional de México durante su tránsito.
El Gobierno de López Obrador desplegó 36.000 elementos de las Fuerzas Armadas para tareas migratorias, según su último informe de seguridad.
“Con esto, se acentúa la necesidad de buscar medios alternativos para poder llegar a Estados Unidos y así es como terminan en las manos de los polleros (traficantes de personas), que son los únicos que se benefician de toda esta situación”, manifestó. EFE