La XXIX Cumbre Iberoamericana de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en Cuenca, es un evento histórico que reúne a líderes de todo el continente para debatir y encontrar soluciones a los problemas de nuestra región. El evento fue crucial para la cooperación de nuestros líderes, que llegaron a acuerdos en beneficio de nuestros pueblos. Varios de los temas abordados fueron la economía, la educación, la salud, la seguridad y el cambio climático.
Más allá de las voces de la oposición y de otros sectores que alzaron su voz para resaltar errores en la convocatoria; los ecuatorianos y ecuatorianas valoramos y aplaudimos la presencia de seis mandatarios, incluido el rey de España y el rey de Portugal, así como vicepresidentes, cancilleres, representantes de varios organismos internacionales, empresarios y medios de comunicación.
Ecuador en su constitución reconoce el legítimo derecho a la oposición y a la libertad de expresión; sin embargo, fue penoso que estas voces olvidaran que, antes que representar a una facción política, somos ecuatorianos y los resultados de este encuentro, deberían ser la causa que nos una. Alegrarse de los errores en la convocatoria, es poner sus intereses de grupo sobre los reales intereses nacionales. (O)