Comienzo curándome en sano por aquello de que ‘alabanza en boca propia es vituperio’. Es mi deseo, para información de ustedes, amables lectores de esta columna, escribir estos renglones para dar a conocer pormenores de la UEES, con conocimiento de causa, por haber sido su primer vicerrector general. Luego de estos renglones indispensables, al grano.
-UEES es la sigla de la Universidad de Especialidades Espíritu Santo que ayer cumplió sus primeros treinta años de vida, en Samborondón, su sede.
La UEES es universidad particular, su nombre ha trascendido las fronteras patrias y en Ecuador disfruta de la confianza de sus estudiantes y del compromiso de los académicos que en ella trabajan para mantener su axiología. Quien conoce por primera vez este campo del saber sale gratamente impresionado porque su sede conjuga de manera óptima la diversidad de estructuras en cemento con la alegría de jardines y árboles meticulosamente cuidados y sin olvidar un espacio para conectarse exclusivamente con Dios.
La misión de la UEES es: “Servir a la sociedad mediante la generación de entornos de aprendizaje para la formación integral de las personas que a través de la docencia, investigación y vinculación contribuyan al desarrollo del país”. Estos renglones son demasiado densos como para intentar glosarlos en este espacio. Ustedes con su buen juicio ciertamente acertarán en el conocimiento de la razón de ser de esta joven universidad.
Cumplir años y cumplir treinta como en este caso, en sí, no es meritorio. El tiempo pasa y los años se vienen. Hacerlo de pie, sin olvidar la razón de ser, cumplir etapas y alcanzar metas, reconocer falencias y alegrarse por saber que nunca se abandonó el camino y que los propósitos de su creación se cumplen y se cumplieron, es para sus docentes y discentes motivos de sano orgullo y merecida complacencia.
Lo sustancial y lo accidental están pegados a nuestras vidas y, en ocasiones, lo accidental fortalece lo sustancial. Un botón de muestra: el lema de la UEES no es ‘La UEES’, pero sin él perdería el motor de sus días.
‘NON PROGREDI REGREDI EST’ se lee dentro del predio universitario. NO PROGRESAR ES RETROCEDER. Un lema válido, un acicate necesario, un motor indispensable para conseguir metas exigentes, prefijadas. La UEES cumple treinta años cuando el mundo dejó de caminar para volar. Entonces, hoy más que ayer: ‘Non progredi, regredi est’. (O)